Descarnados, mordaces y críticos son estos autores que con su obra literaria, rompieron con las convenciones de la sociedad de su tiempo.
Después de la muerte de Andrés Caicedo en marzo de 1977, encontramos en la Fonoteca de Señal Memoria, algunos autores que si bien pertenecen a corrientes diferentes tienen en su obra el común denominador que podríamos llamar el desgarro de la moral de su momento. La dura crítica a la sociedad urbana y sus problemas hacen parte de este desgarro social que proviene de diferentes corrientes y se expresa en todo tipo de géneros literarios.
Andrés Caicedo (1951-1977)
Gonzalo Arango (1931 - 1976): Tal vez uno de los más insignes representantes de esta corriente de autores que por medio de su obra quisieron romper o más bien desgarrar la academia, la literatura o la moral colombiana.
A través de su movimiento nadaísta, Arango y sus compañeros de pluma buscó un léxico renovado que optó por el humor. El mundo urbano fue la ubicación de su obra en la que el ingrediente principal era la crítica mordaz a la sociedad.
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Gonzalo Arango - Extracto de La Ciudad y el poeta
Jota Mario Arbeláez (1940): Junto a Gonzalo Arango, Jaime Jaramillo Escobar (X504), Eduardo Escobar, Patricia Ariza fundaron el movimiento nadaísta. Su obra se caracterizan por el humor negro, el erotismo, el desenfado, la irreverencia social y antimoralista con un lenguaje directo, voluntariamente prosaico y contundente. |
Jota Mario Arbeláez - Reflejos de Familia
Raúl Gómez Jattin (1945-1997): Su poesía fue descarnada y con un marcado toque realista. El final de sus días sucedió mientras se encontraba sumido en el consumo de sustancias alucinógenas en una calle de Cartagena. Se especula si su muerte fue accidental o un suicidio premeditado. Quienes lo conocieron defienden más la segunda teoría. En el poema titulado Cielo, Gómez Jattin demostró el afán que ya tenía de dejar este mundo. La depresión en que estaba sumido se empezó a notar en sus últimos libros, como el Esplendor de la mariposa, escrito en el sanatorio de San Pablo, de donde se fugó varias veces. |
Raúl Gómez Jattin - Piel