Por Javier Hernández
Como cualquier otra persona, la vida de los compositores clásicos también estuvo llena de aspectos vergonzantes que la historia se encargó convenientemente de ocultar. Esa negligencia a la hora de esconder esos hechos, es otra de las razones por las cuales estos músicos han sido considerados casi que inmortales. El hecho de que su música sea “bella”, hace inimaginable para el público no aficionado, que estos señores hayan podido adquirir una enfermedad venérea como la sífilis y mucho menos pensar en las circunstancias en que ocurrió.
La sífilis es una enfermedad de transmisión sexual cuyo origen aún no está claro. Lo cierto es que la primera epidemia se dio en Europa dos años después de la llegada de los españoles a América. Pronto se expandió por todo el continente y para comienzos del siglo XX se podía hablar de que un 15% de la población europea padecía la enfermedad.
Si se detecta a tiempo, la enfermedad puede ser fácilmente curada con antibióticos. Pero su estudio, diagnóstico y tratamiento es una práctica del siglo XX. Así que por 400 años la enfermedad hizo de las suyas. En el siglo XIX se avanzó en algo en su detección, pero la mayoría de los sifilíticos famosos en el arte y, en este caso, en la música, llegaron a padecer hasta la tercera y última etapa de la enfermedad.
Esta fase afecta los nervios, el cerebro, los huesos, los vasos sanguíneos y el corazón. Finalmente la muerte.
La lista de afectados por la sífilis es amplísima. Tenemos un pequeño grupo de compositores que fueron víctimas de una de esas llamadas “maldiciones de Venus” -metáfora cultural con la que se agrupa a las enfermedades de transmisión sexual-, y ojo, sus nombres son más famosos de lo que usted podría pensar. La obra que acompaña a cada uno tiene una relación directa o indirecta con su condición.
Schumann y el fallido suicidio
El alemán Robert Schumann fue otro de los compositores románticos que contrajo la sífilis. La locura y la parálisis lo asolaron en sus últimos años. Siempre se habló de diversos trastornos mentales y nerviosos, pero estudios recientes como los de John Worthen, demuestran que contrajo la enfermedad a los 21 y sus síntomas se manifestaron pocos años antes de su muerte.
Además, a los síntomas de la sífilis, también se unieron esos padecimientos mentales y nerviosos que le generaron una gran carga de angustia y paranoia, al punto de llegar al suicidio. En 1854 Schumann se lanzó desde un puente al río Rhin. Aunque fue rescatado con vida, fue internado en un manicomio donde dos años después murió.
Schumann – Sinfonía 3 “Renana” - Solti
Paradójicamente Robert Schumann estrenó en 1850 su última sinfonía, a la que el público y los críticos le dieron el nombre de “Renana”. Contenía algunos aires populares vinculados a las regiones que atraviesa este río, el más importante de Alemania. Es su obra orquestal más conocida.
La locura de Gaetano Donizetti
El 29 noviembre de 2017 se conmemoran los 220 años del nacimiento de este compositor. Fue uno de los compositores de ópera más reconocidos del siglo XIX. Son famosas sus escenas de locura en óperas como Lucia de Lammermoor y Ana Bolena. En la vida real Donizetti murió loco y totalmente postrado en 1848 como parte de los síntomas de la sífilis que se manifestó unos seis años antes. Dejó más de 75 óperas pero ningún descendiente.
Donizetti – Lucia di Lammermoor - Sutherland
Lucia de Lammermoor es el caballito de batalla de muchas sopranos. Con ella se han consagrado en el disco y en la escena nombres como los de María Callas, Monserrat Caballé o Beverly Sills. Pero es la grabación de 1971 de la australiana Joan Sutherland, la que especialmente significó su consagración en la escena y el disco. Tiene además la ventaja de ser la grabación más completa que existe de esta ópera, ya que la costumbre ha sido hacerle cortes, pero aquí la obra sí esta completa, conservando la idea original del director.
Franz Schubert y la sífilis
A pesar de que fue el hombre del famoso Ave María, compuso muchísimo más y fue una de las figuras claves de la música europea siglo XIX después de Beethoven. Esto no quiere decir que su vida haya sido próspera. Casi siempre vivía alcanzado económicamente. En el ámbito privado careció del amor que encontró en otros brazos menos “románticos” de donde contrajo la sífilis. Por su correspondencia se puede concluir que el contagio fue aproximadamente en 1816 y se manifestó paulatinamente desde 1822 hasta 1828.
Schubert - 8 Sinfonía - “Inacabada” - Bernstein
Una de las obras más conocidas de Schubert es su octava sinfonía que lleva el nombre de “Inacabada”. Este título no fue puesto por el compositor y obedece al hecho de que tradicionalmente una sinfonía tenía 4 movimientos, pero esta sólo tenía dos. Mucho se ha hablado de las razones por las que no terminó la obra. Una de ellas, en la que coinciden varios de sus biógrafos, es el hecho de que la comenzó a componer en 1822, año en que tuvo las primeras manifestaciones de la sífilis. La depresión que le generó la noticia hizo que dejara de lado esta obra.