En la música de estos compositores no hay un reflejo explícito de su preferencia, no obstante, hay aspectos que, para los conocedores de sus respectivas vidas, dan a entender sus relaciones sentimentales con alguien en particular. En los archivos de la Archivo Señal Memoria encontramos su música.
Piotr Ilich Chaikovski
Chaikovski - 6 Sinfonía - III Mov - "Patética"
Básicamente el compositor ruso más famoso. Su sexta sinfonía, compuesta en 1893, fue dedicada a su sobrino Vladimir "Bob" Davydov, y se convirtió en su testamento. Chaikovski sufrió con su preferencia homosexual, en un país como Rusia que, hasta la actualidad, ve como algo perjudicial el ser gay.
Benjamin Britten
Britten - Siete sonetos de Miguel Ángel
A pesar de vivir en una Inglaterra que sólo hasta 1967 despenalizó parcialmente la homosexualidad, Britten mantuvo una larga relación sentimental con el tenor Peter Pears, a quien compuso y dedicó una importante cantidad de sus obras para esa voz.
Francis Poulenc
Poulenc - Los Pechos de Tiresias
Poulenc fue uno de los compositores más importantes de Francia en la primera mitad del siglo XX. Vivió su preferencia homosexual de forma satisfactoria y como muchas de sus obras, dedicó su ópera Los Pechos de Tiresias a su amigo Raymond Destouches.
Leonard Bernstein
Bernstein - A quiet place
El más grande éxito de Bernstein fue el musical West Side Story, del que surge su canción América, tan interpretada por varios músicos actuales. Vivió plenamente su preferencia de homosexual, pero tuvo el temor de que su carrera se viera afectada por este hecho, en un país que vivía en pleno auge del "American Way of Life" y donde ser homosexual no tenía espacio. En su última ópera A quiet Place, de 1983, Bernstein exploró varias situaciones complejas que vivió en relación con sus preferencias sexuales. Entre esas, la muerte de su esposa.
Aaron Copland
Copland - El Salón México
Algunas de sus obras definieron la identidad musical de los Estados Unidos: Primavera en Los Apalaches, Billy The Kid, Rodeo o Lincoln Portrait. Una corta estadía en México con el violinista Victor Kraft marcó su resurgimiento como compositor en una época carente de inspiración. Así surge El Salón México en la que aborda una nueva perspectiva de su labor y que dedica a Kraft directamente.