Alejandro Obregón: la pintura como emoción | Señal Memoria

Alejandro Obregón
Publicado el Sáb, 04/06/2022 - 15:57 CULTURA Y SOCIEDAD
Alejandro Obregón: la pintura como emoción

Alejandro Obregón es un pintor memorable. Su audacia y creatividad generaron una obra que podemos llamar, sin temor a equivocarnos, auténtica. Asimilando y reinterpretando las plásticas vanguardistas como el cubismo o el expresionismo, Obregón recreó a través de sus cuadros el profundo vínculo emocional que tuvo con Colombia y con el continente americano. Por un lado, el pintor representó la cruda violencia nacional que estalló en El Bogotazo. Por otro, simbolizó la naturaleza de una región que él mismo pudo recorrer desde la costa Caribe hasta los Andes; lugares de cóndores, gavilanes y mojarras. Gracias a algunos fragmentos de la serie documental Un día en la vida de…, conservados por Señal Memoria, conoceremos un poco más acerca de la vida y obra de este artista nacido en Barcelona.

La ruptura con la tradición

Durante las primeras décadas del siglo XX, la pintura en Colombia estuvo orientada por los parámetros academicistas. Artistas como Epifanio Garay y Acevedo Bernal pintaban para una élite aburguesada que buscaba autoafirmarse por medio de finos retratos que en poco se diferenciaban de los que se hacían en Europa. Sin embargo, a finales de la década de 1940 la situación nacional requería un arte diferente, más involucrado con los dramáticos hechos de violencia que se sucedían desde antes de El Bogotazo. Por supuesto, el nuevo enfoque necesitaba también nuevos lenguajes y formas plásticas de expresión, muchas de ellas desarrolladas por las vanguardias artísticas, rompedoras de la tradición pictórica en Occidente. 

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En ese contexto, Alejandro Obregón inicia su camino como pintor, anclado en la realidad colombiana. Nacido en Barcelona (España) en 1920, de padre colombiano y madre catalana, vivió, estudió y trabajó al otro lado del Atlántico antes de trasladarse a Bogotá a mediados de los años cuarenta. En el siguiente fragmento del programa Un día en la vida de… producido por Audiovisuales en 1984, podemos visualizar una breve biografía de Obregón, acompañada de valiosas fotografías de cuando el pintor era niño.

 

Echeverri, Ana María. (Guionista). (1984). Un día en la vida de…[Serie documental]. Colombia-Audiovisuales. Archivo Señal Memoria, C1P-242797

 

Obregón se dio a conocer en el mundo del arte colombiano gracias a sus retratos, autorretratos y bodegones, en los que mostraba un claro deseo por alejarse del naturalismo y acercarse al expresionismo, con una paleta de colores más anárquica. En 1944, el barcelonés expuso en el V Salón de Artistas Colombianos obras como “Retrato de un pintor” o “Niña con jarro”, en las que podemos ver que el uso del color busca fines más expresivos o emotivos que naturalistas. Por tanto, aparece cargado de subjetividad y de un aire modernizador. Obregón evidencia aquí influencias de Paul Cézanne, probablemente, pero sin ser un reproductor de las formas europeas sino demostrando su propia personalidad pictórica, cada vez con más seguridad.

 

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Retrato de un pintor. Obregón, Alejandro. Extraído de: Echeverri, Ana María. (Guionista). (1984). Un día en la vida de… [Serie documental]. Colombia-Audiovisuales. Archivo Señal Memoria, C1P-242797


Por esa época, los cuadros de Obregón que más impacto generaron en el espectador y la crítica, fueron los relacionados con la violencia en Colombia. Las imágenes de esta serie (si la podemos llamar así), se caracterizan por el uso de una paleta inclinada a las gradaciones del gris, que se convertiría en un sello del pintor. Algunas de las obras con esta temática fueron Masacre del 10 de abril de 1948, o 4 de mayo de 1957, que presentan un claro mensaje contra el gobierno militar de Gustavo Rojas Pinilla. El propio autor afirmó en una de sus entrevistas que la pintura se presta mucho a la violencia y que resulta más fácil pintar la guerra que la paz, ya que el oficio de pintor es para sentar una protesta, no para solucionar algo.

En estas pinturas se advierte un gusto por el cubismo de Picasso (pensando en El Guernica) y especialmente de Georges Braque, vinculado con el orden, el balance y la síntesis geométrica de las composiciones. Además, es una manera similar de buscar transmitir ciertos estados de violencia, angustia y dolor. Con estos cuadros se puede afirmar que la obra de Obregón se va presentando como una ilusión del mundo sensible mediante la deformación figurativa.

El vínculo de la pintura

Comenzando la década de los sesenta, Obregón ya era un pintor maduro y reconocido en el medio nacional, dueño de un estilo que pocos podían discutir. En ese entonces fue memorable su exposición en la Biblioteca Nacional que tuvo como tema central la figura del cóndor. Obregón revela en estos cuadros un expresionismo semifigurativo porque hay un motivo reconocible (el cóndor), pero este no es una mera estilización decorativa ni una forma literaria vacía, sino una suerte de energía, un elemento poético que expresa la vinculación particular del autor con el país y el continente. Obregón siempre se identificó como un pintor americano.

 

El cóndor. Obregón, Alejandro. Extraído de: Echeverri, Ana María. (Guionista). (1984). Un día en la vida de… [Serie documental]. Colombia-Audiovisuales. Archivo Señal Memoria, C1P-242797.

El cóndor. Obregón, Alejandro. Extraído de: Echeverri, Ana María. (Guionista). (1984). Un día en la vida de… [Serie documental]. Colombia-Audiovisuales. Archivo Señal Memoria, C1P-242797.

 

La presencia del cóndor personifica el espíritu americano: poder, ferocidad, libertad, pero también extinción, y por tanto, tristeza y decadencia. Este animal no solo es un símbolo de identificación común para el espectador sino también individual, puesto que representa verdades intrínsecas para el pintor. Tal es así que Obregón no va a vacilar en representar al último cóndor matándolo, declarando que “uno mata a lo que más ama”. 

Los colores netos u opacados, los trazos vigorosos y las pinceladas libres van a ser características de la serie de cuadros que aluden a la naturaleza. Y es que para artistas como Obregón el tema es solo un pretexto para desarrollar una serie de búsquedas formales, y una posibilidad de recrear el mundo conforme a los principios derivados tanto de su técnica como de su imaginación. Así ocurrió con la figura de Blas de Lezo (1689-1741), personaje que el artista pintó unas cuantas veces. En el siguiente fragmento de la serie documental Un día en la vida de…, Obregón cuenta por qué admira a dicha figura histórica.

 

Echeverri, Ana María. (Guionista). (1984). Un día en la vida de…[Serie documental]. Colombia-Audiovisuales. Archivo Señal Memoria, C1P-242797 Código: C1P-242797.0.23.46-0.24.25

 

Obregón se identificaba con Blas de Lezo, al que llamaba “El teso”, al verlo como una especie de camino a seguir, en el sentido de perseverar a pesar de las limitaciones y las adversidades. De nuevo, Obregón pinta para expresar sus propias emociones, deseos y proyecciones. Precisamente de esto se trata la pintura, y lo han entendido muy bien aquellos a los que el artista barcelonés llama “grandes pintores”, mencionados por él en el siguiente video de Un día en la vida de…, programa transmitido en 1984.

 

Echeverri, Ana María. (Guionista). (1984). Un día en la vida de…[Serie documental]. Colombia-Audiovisuales. Archivo Señal Memoria, C1P-242797

 

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El pintor nombra a algunos íconos de la pintura occidental como Francisco de Goya, Rembrandt, Piero della Francesca e incluso Pablo Picasso. Dice, además, que no es para cualquiera ser un gran pintor (no basta con ser bueno) y que esto no se ha presentado en Colombia. Sin embargo, podemos disentir y afirmar que Alejandro Obregón es digno de ser recordado por las generaciones venideras como un gran pintor nacional.

 


Autor: Luis Felipe Núñez

 

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Fecha de publicación original Sáb, 04/06/2022 - 15:57