Mujeres solteras o casadas, de diversas edades entre la adolescencia, 17 o incluso 16, hasta la madurez que se alcanza en los 40. Aspiraciones sentimentales frustradas, infidelidad, mentira, opresión, abandono, aislamiento, tristeza e ignorancia, maltrato. Entre todas ellas, también dos hombres.
La Fonoteca de rtvc cuenta con una conmovedora colección que da cuenta de la situación de la mujer (y algunos hombres) en el contexto rural/urbano colombiano en la década de 1970, puntualmente entre 1972 y 73. Se trata de 247 cartas enviadas bajo seudónimo al programa “Así resolvemos su caso”, emitido en diversas emisoras de la cadena Todelar, bajo dirección de Cecilia Fonseca de Ibañez, quien también desarrolló importantes labores en la Radio Nacional de Colombia. La donación fue recibida de Ana María Montaña, nieta de Cecilia Fonseca, para su conservación en el archivo.
Del total de cartas, han sido revisadas 23, primera muestra de las incertidumbres y tristezas de personas que encontraron en los consejos y palabras de Cecilia Fonseca, la ilusión para resolver enrevesados casos e historias de vida con los que puede estimarse la realización del programa como un verdadero y temerario reto a las amarguras del destino. Frente a ello, los seudónimos hablan por sí solos: Suerte sin presio (sic), Trizte (sic) y pensativa, Corazón herido, Morena desamparada, Rosa marchita, Desilucionada (sic),Huerfana pensativa, Soledad.
“La presente va con el fin de contarle mi problema para que ud. me dé un poco de aliento para seguir la vida un poco más tranquila”. (Firma: Mirasol # 5)
El impulso que los estudios de género y las reflexiones en torno al maltrato y desigualdad entre los géneros humanos han adquirido en los últimos años, cuentan en esta colección con una fuente documental de alto valor para tener una visión de las circunstancias en las que tuvo que subsistir la mujer ubicada en contextos campesinos o de ciudades intermedias.
Son constantes los dilemas frente a la estabilidad económica y emocional. Independientemente de la procedencia del escrito. La irresponsabilidad del hombre expresada en abandono del hogar, violencia o problemas de alcohol y frente a ello la impotencia de la mujer que a pesar de su difícil situación, dice amar a su marido, son un conjunto de condiciones recurrentes. Así mismo los hijos como factor de poder y dominio y la opresión mediante la capacidad y el poder económico.
“Si él me quisiera como cosa buena, yo me casaría con él. Resulta que vivo muy aburrida en la casa”. (Firma: Manzana desconcertada triste y pensativa)
El contraste entre el rango de edades puede dar luces para un análisis “causa - efecto”. Escritoras que reportan estar en años juveniles, se refieren con frecuencia al conflicto entre su familia y su novio, incertidumbres frente al cortejo, dilema frente a embarazos no deseados en combinación con infidelidad por parte de la pareja.
El marco evidentemente machista que circunscribe la colección, se deja ver, para las cartas enviadas por escritoras entre los 20 y 30 años de edad, en la recurrente queja relacionada con varios tipos de aislamientos infringidos por la pareja, y el consecuente corte de comunicación y relaciones con la familia. Así mismo el influjo de la familia del hombre en detrimento de las relaciones de pareja.
“De su concejo (sic) depende mi felicidad o la tristeza de mi hogar”. (Firma: Madre preocupada No.1)
Un aspecto que llama la atención es la ignorancia generalizada, que se expresa en la incertidumbre frente al marco legal en que puedan encontrar solución a sus problemas. Es recurrente también el temor a represalias del marido al tomar la decisión de separarse y en relación a ello la duda frente a la de potestad de los hijos en caso de separación.
Mujer de 20 años describe su caso al mencionar que tiene un niño de 1 año, que fue abandonado por su padre durante el embarazo. Luego de emprender y terminar una relación incierta e intermitente con un hombre casado, queda nuevamente en estado de embarazo (3 meses de desarrollo), con un “muchacho soltero”. Se suma la incertidumbre sobre bautizo del niño por ausencia de papá, ante lo cual la iglesia no puede proceder con el sacramento. Dentro de las dudas se presenta la incertidumbre sobre el uso de pastillas anticonceptivas.
Es también elocuente el caso de una mujer de 17 años, quien a pesar de la felicidad con la que vive en su hogar materno, expresa en la carta una profunda preocupación por una deuda adquirida con su novio, que como consecuencia presenta la única solución del forzado matrimonio. La adolescente teme por su suerte, al tomar en cuenta que su novio es primo de un cuñado que maltrata violentamente a su hermana.
“Un último favor. Si usted me diera el nombre de una ortografía buena y práctica porque considero que tengo una pésima ortografía. Tampoco anhelo casarme”. (Firma: Mirasol # 5)
Mirasol # 5, es un caso que contrasta por sus inquietudes sobre los medios y formas para alcanzar un mayor nivel educativo. De las cartas revisadas a la fecha, es el único caso que se enfoca en lo que muy probablemente sería una solución generalizada.
Cuenta con una hija de 4 años, cursó hasta 2do de secundaria tras lo cual realizó un curso acelerado de comercio. Reporta un bajo sueldo. 5 años antes de escribir su carta, había cambiado de novio, por un “muchacho que acababa de conocer”. Vino un embarazo no deseado, tras lo cual emprendió la huida con el nuevo novio, quien cayó preso por circunstancias que no se especifican.
El padre de Mirasol # 5, por tal motivo, no permite matrimonio. El novio, por su parte, parece estar de acuerdo y en cuanto sale libre desaparece. Luego de un encuentro pasados dos meses vuelve a irse por dos años en los que, no obstante, aporta dinero, aunque poco. Al no ser reconocida, la niña producto de la relación se encuentra sin bautizo.
“En el Bienestar familiar hay que hacer muchas colas y gastar días enteros”, reporta Mirasol # 5. Pero con esperanza concluye: “pienso el año entrante seguir estudiando bachillerato y también aprender la modistería ya que me sirve mucho por mi hija” y solicita el nombre de una academia “buena y no muy cara”.
La “pésima ortografía” que considera tener Mirasol # 5, es una elocuente constante en todas las cartas. Algunas, sin embargo, cuentan con caligrafías llamativas que dan cuenta de unas planas hechas, sino con gusto, al menos con algo de disciplina.
“Es muy celosa, no puedo hablar con nadie, mucho menos con otra mujer…” (Firma: 007)
Dentro del número de cartas revisadas a la fecha, llaman la atención los dos únicos casos masculinos, 007 y Joel Valderrama. Por contraste con las 2 ó 3 páginas que en promedio tiene cada carta, Joel Valderrama resuelve la situación en la contundencia de un solo párrafo, que no obstante resulta de equiparable elocuencia y tan sorprendente e impactante como todos los otros casos:
“Tengo una muchacha de 17 años y ya tenemos una niña. Que (sic) me aconseja yo la quiero mucho pero ella es muy canalla y estoy muy aburrido. Nocecicasarme (sic) o no. Espero su consejo que sera mi bida” (sic)
JOSÉ PERILLA