Han alcanzado tal reconocimiento y nombre propio obras musicales como la Pastoral, la Oda a la Alegría, la Heroica, la Apoteosis de la Danza, la Inconclusa, o la Claro de Luna, que se puede en algún momento dejar de lado el nombre mismo de su compositor, Ludwig van Beethoven.
Su importancia en el mundo musical es tal, que precisamente este año 2020 con motivo del 250 aniversario de su natalicio, el gobierno federal alemán y sus autoridades regionales han declarado el año Beethoven, BTHVN2020. Celebraciones que iniciaron en diciembre pasado y se prolongarán hasta septiembre del 2021.
La convulsa vida del compositor nacido en Bonn en 1770, marcada por las enfermedades y principalmente por la pérdida completa del oído en pleno auge de su producción musical, se refleja de diversas maneras en su extensa obra que forma parte en la actualidad del patrimonio cultural de la humanidad.
Su historia transcurre en plena ilustración alemana a finales del siglo XVIII, durante acontecimientos europeos como la Revolución Francesa, el ascenso y caída de Napoleón Bonaparte y la consolidación del Imperio Austrohúngaro. Tomó lecciones durante algunos años con el maestro de composición austriaco Joseph Hayden y es probable que conociera a Wolfgang Amadeus Mozart en su primer viaje a Viena en 1787, asunto que para muchos no deja de ser una leyenda.
Dentro de las numerosas investigaciones y escritos acerca de Beethoven acumulados desde el siglo XIX, existen dos grandes obras acerca de su vida consideradas como biografías académicas, escritas por autores estadounidenses. La primera de ellas de finales del siglo XIX de Alexander Wheelock Thayer y actualizada en 1960, La vida de Ludwig van Beethoven. La segunda es del compositor Jan Swafford del 2017, Beethoven, tormento y triunfo, un compendio de casi 1500 páginas con una carga de fuentes documentales bastante amplia. Trabajos de gran relevancia si consideramos la importancia de alejarnos del mito y acercarnos al hombre, al músico, su creación y su verdadera “genialidad”.
Precisamente esa “genialidad” de Beethoven es una razón permanente para descubrirlo desde nuestra posición particular como simples oyentes, estudiantes o intérpretes de música o incluso directores y expertos musicales. En palabras del mismo Beethoven, encontramos en uno de sus escritos lo siguiente: “El verdadero artista no tiene orgullo. […] Posee un vago conocimiento de lo lejos que se encuentra de lograr su objetivo; y mientras otros quizá lo admiran, él se lamenta por no haber alcanzado aún el lugar donde su genio le ilumina el camino, como un sol distante.”
Señal Memoria se une a la celebración BTHVN2020 con uno de los registros de su archivo audiovisual acerca de la vida del músico y compositor alemán, realizado en conjunto con la Orquesta Filarmónica de Bogotá, OFB. Desde 1969 la OFB, y la División de Televisión Educativa y Cultural de Inravisión, iniciaron la emisión del programa cultural Música para la juventud, que un año más tarde tomaría el nombre de Música para todos. Para la década de los 90 este espacio dedicó una de sus emisiones al célebre artista y a una de sus composiciones, la Sinfonía no. 3, mejor conocida como La Heroica. El programa contó con la participación de la directora ejecutiva de la OFB, María Cristina Sánchez, el director de la orquesta Francisco Rettig, y la realización de Inravisión.
Autor: Luis Alfonso Rodríguez Norato