Bogotá sin Bogotazo, comida, bebida y parranda | Señal Memoria

Bogotá sin Bogotazo, comida, bebida y parranda
Publicado el Dom, 08/04/2018 - 08:19
Bogotá sin Bogotazo, comida, bebida y parranda

En Señal Memoria queremos contar cómo habría sido un viernes de abril de 1948 sin dejar de lado el hecho importante que fue el Bogotazo. No obstante, si quieres conocer lo que sucedió ese día a través de nuestros archivos tenemos nueve audios que debes escuchar para enterarte. 

Ahora, a través de la música, la comida y por supuesto la bebida abordemos qué habría pasado si ese viernes de abril de 1948 la gente hubiera almorzado antes de consumir esas navegables cantidades de licor.

Hasta para hacer una revolución hay que comer bien. Indudablemente algo que hay que saber hacer a la hora de salir de parranda o armar una revolución hoy o en abril de 1948, es comer bien antes de beber y consumir el licor en dosis moderadas, procurando no terminar accidentado o consumiendo a la ciudad en un fuego purificador para vengar a su caudillo como sucedió en Bogotá el 9 de abril hace 68 años.

 

 

Y es que uno se pregunta ¿qué habría pasado si ese viernes de abril de 1948 la gente hubiera almorzado antes de consumir las navegables cantidades de licor? Este factor dio al traste con la revolución que se generó al medio día con la muerte de ese gran admirador de la mujer que fue Jorge Eliecer Gaitán.

 

 

Tal vez si ese día la gente hubiera almorzado algo de la rica dieta en carbohidratos de la época (papá o arroz), de preparación no muy diferente a lo que se consigue en la actualidad, y si se hubiera tomado su sopita de cuchuco con espinazo, un ajiaco o una mazamorra chiquita, cubios o chuguas, la cosa habría sido diferente.

 

 

Doña Gertrudis, el personaje de la matrona liberal en la película Cóndores no entierran todos los días decía en una famosa línea: “Si no hubiera sido por el trago estaríamos en el poder”. Y es que lo que se consumió el 9 de abril no fue sólo trago barato y malo, sino todo el trago fino de las licoreras del centro que, como dicen por ahí, podía haberle “entrado en reversa” a uno que otro parroquiano liberal o conservador y si a eso le sumamos la falta de almuerzo el coctel era explosivo.

Desde el siglo XIX viajeros y cronistas locales coincidieron en que el nuestro, era un  país de “grandes bebedores”, y en ese año de 1948 también se destacaban: la chicha que aún fluía abundantemente a la par de las cervezas Germania y Cabrito (esta última la más barata del mercado sin llegar a la ilegalidad), y para el guayabo la Sal de Uvas Picot.

 

 

Además, el sueñito después del almuerzo se habría podido amenizar con la música que pasaba por la radio en esos momentos: los primeros vallenatos que habían ya llegado al interior de la mano de Julio Torres y Los Alegres Vallenatos y su canción El Aguacero o el exitazo recientemente lanzado en 1947, El Pescador de Garzón y Collazos. Y ¿cómo habría sido un viernes de abril de 1948 sin la rumba criolla de Milciades Garavito y Emilio Sierra?

 

 

Hasta de pronto no habría pasado lo que sucedió en la Radio Nacional. Si no sabe, aquí le contamos una visión muy acertada de este hecho, que indudablemente contribuyó al desarrollo de los acontecimientos que se dieron ese último viernes en la Bogotá vieja.


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Fecha de publicación original Dom, 08/04/2018 - 08:19