El actor Carlos Muñoz recuerda a su padre, José Antonio Muñoz, conocido por sus compañeros como Muñocito, quien, a mitad del siglo XX, tuvo la idea de reunir en una mesa todos los elementos necesarios para producir los efectos de sonido, invento que pronto adoptaron las emisoras de la época.
En sus diseños, que luego entregaba a un carpintero para que los materializara, Muñocito le incorporó a esta mesa diferentes tipos de puertas, bisagras, cerraduras y timbres, que ofrecían diversas sonoridades, y una caja en la que se pudieran poner distintos materiales, desde madera hasta gravilla, para que el sonidista diera pasos sobre ellos y creara la ilusión de que los personajes de las historias caminaban en un terreno pedregoso, un potrero o la sala de una casa.
Esta "mesa de efectos" constituyó todo un adelanto en la producción de efectos sonoros para los dramatizados radiales colombianos.