La ópera de los tres centavos tiene una trama que bien podríamos haber visto en cualquier noticiero nacional. Cantan ladrones, mendigos y prostitutas, y el más bandido de todos los personajes termina perdonado y ennoblecido por la sociedad. Muy común en el país del Sagrado Corazón.
La ópera fue estrenada en 1928 por el compositor alemán Kurt Weill con un texto libre del dramaturgo Bertold Brecht, basado en la Ópera del mendigo, creada exactamente 200 años antes por John Gay y John Christopher Pepusch.
Weill - La ópera de los tres centavos - Balada de Mackie Navaja
Es una ácida crítica a la sociedad, en la que sus autores elevan a la categoría de héroes a los personajes tradicionalmente marginados. La ópera de los tres centavos estaba orientada a generar en el público una reflexión sobre la forma en que vivía la sociedad del momento. Aquí se representa en toda su magnitud, la función social del arte.
Weill - La ópera de los tres centavos - Balada del burdel
Musicalmente, en esta ópera no hay grandes voces, ni sublimes dúos de amor. Tampoco orquestaciones majestuosas. Es decir, no corresponde a lo que tradicionalmente se conoce como ópera. En cambio, Weill sí tomó elementos musicales del cabaret berlinés de los años 20, el jazz y el folk.
Weill - La ópera de los tres centavos - Balada de la dependencia sexual