El 11 de septiembre de 1973 se llevó a cabo un golpe de Estado en contra del gobierno democrático de Salvador Allende, tan solo tres años después los militares también llegaron al poder en Argentina. Ambos gobiernos se caracterizaron por la violación sistemática de los derechos humanos.
Durante el periodo comprendido entre 1964 a 1970 el presidente de la República de Chile, Eduardo Frei Montalva, implementó su programa de gobierno, denominado Revolución en Libertad, con el que buscaba transformar al país mediante cinco ejes. De este plan el eje más exitoso fue la reforma agraria, con la que no solo se efectuó la distribución de los latifundios improductivos, sino que incentivó la sindicalización campesina.
La percepción tanto de los sectores de izquierda como de derecha de que estas políticas no habían tenido el impacto que se esperaba causaron que el partido de Frei Montalva, el Partido Demócrata Cristiano, llegara debilitado a las elecciones de 1970. En los primeros días de noviembre, no sin dificultades debido a que no alcanzó la mayoría absoluta, el candidato de Unidad Popular, una coalición de partidos de izquierda, Salvador Allende asumió la presidencia. Como había prometido en su programa electoral, rápidamente empezó a adoptar las medidas cuyo objetivo era conducir a Chile hacia el socialismo.
Cobijado por la Ley 17.450 se inició la nacionalización de las empresas mineras, donde las estadounidenses fueron las más afectadas lo que ocasionó que el gobierno de Richard Nixon promoviera un boicot contra la administración de Allende, obligándole a depender de los préstamos de la Unión Soviética.
Adicionalmente, y a pesar de que la redistribución de la tierra se siguió haciendo bajo la reforma de Frei Montalva, los vacíos legales que esta tenía conllevaron a que grupos revolucionarios instigaran a los campesinos a la toma violenta de los predios, ocasionando choques violentos con los terratenientes.
Durante su primer año, el gobierno de Allende experimentó un importante crecimiento del PIB; sin embargo, en los últimos meses de 1971 se empezaron a ver problemas económicos, como el incremento del déficit presupuestario, la caída de las reservas internacionales, así como los primeros síntomas de desabastecimiento, esto último producto de la especulación y el acaparamiento.
Todos estos problemas se acrecentaron durante los dos años siguientes, generando por tanto un aumento significativo de la polarización. A pesar de que el Partido Demócrata Cristiano se había acercado al opositor Partido Nacional, para las elecciones parlamentarias de marzo 1973 el gobierno intentó un acercamiento con el fin de buscar una solución a la crisis política que azotaba al país desde meses atrás. Sin embargo, estos no fueron exitosos gracias a la oposición de sectores dentro del Partido Socialista, quienes consideraban que esto no solo limitaría el programa de gobierno, sino que también significaba ceder ante la derecha.
Durante los siguientes meses se llevaron a cabo diferentes manifestaciones por parte de los sectores de derecha y de izquierda, mientras los discursos de los líderes políticos de ambos espectros avivaban la llama de la confrontación. Por otro lado, el descontento entre los militares aumentaba cada vez más. Bajo el discurso de evitar una guerra civil, pero más aún, motivados por la Doctrina de Seguridad Nacional, a lo largo de julio, agosto y septiembre miembros de las todas las ramas de las Fuerzas Armadas de Chile empezaron a planificar un golpe de Estado en contra del gobierno.
El día 11 de septiembre los generales José Toribio Merino, Gustavo Leigh, César Mendoza, y Augusto Pinochet, bajo la coordinación del vicealmirante Patricio Carvajal llevaron a cabo el derrocamiento de Salvador Allende. En el Archivo Señal Memoria se puede encontrar un fragmento del Noticiero de las Siete realizado en conmemoración de los veinticinco años del golpe de Estado, en el que se muestran imágenes de dicho acontecimiento.
Cita al pie del video: Orozco Tascón, Cecilia (directora). (1998). Noticiero de las Siete N7 : 1983-2001. [Emisión : septiembre 11 de 1998]. Colombia: Programar Televisión. Archivo Señal Memoria, BTCX60-064526.
Durante los siguientes diecisiete años Chile vivió una férrea dictadura militar en cabeza de Pinochet. Una de sus primeras acciones fue la creación de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), la cual se encargó de perseguir, secuestrar, torturar, y asesinar no solo a intelectuales, políticos de izquierda, antiguos miembros y adeptos del gobierno de Allende, sino también a opositores de la Junta Militar. Un gobierno infame que dejó más de 400 000 víctimas entre fusilados, desaparecidos, torturados y exiliados.
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En el año 1984, teniendo como fondo las protestas en contra de Pinochet iniciadas un año antes, el Noticiero de las Siete realizó una nota informativa acerca de lo que, hasta ese momento, había dejado la dictadura chilena.
Cita al pie del video: Mejía, María Luisa (presentadora). (1984). Noticiero de las Siete N7 : 1983-2001. [Qué ha dejado Pinochet]. Colombia: Programar Televisión. Archivo Señal Memoria, UMT-218556.
Automutilación
Tres años después, cruzando la frontera, América Latina sufrió otro gobierno que violó sistemáticamente los derechos humanos. El llamado Proceso de Reorganización Nacional fue la última, y más cruel, de las distintas dictaduras que Argentina experimentó durante el siglo XX.
Con el apoyo de los sectores conservadores y de la Iglesia católica, la dictadura argentina derrocó cualquier clase de autoridad constitucional, imponiendo una junta militar, integrada por tres comandantes de las Fuerzas Armadas, del cual uno de ellos se le nombraba como “presidente” y era depositario de los poderes ejecutivo y judicial. Motivados por la Doctrina de Seguridad Nacional, el objetivo de los militares era tanto el de combatir lo que para ellos era la “demagogia”, la “subversión”, y la “corrupción”, como el ubicar a la nación en el llamado mundo occidental cristiano.
Lo anterior se tradujo en una férrea persecución, y una sistemática violación a los derechos humanos, en contra de los simpatizantes del peronismo, de las organizaciones sindicales y colectivos de izquierda, pero principalmente en contra de la juventud y los estudiantes, a quienes se les consideraba subversivos.
El programa Inmigrantes producido por Audiovisuales en 1995 dedicó un capítulo a la población argentina residente en Colombia, algunos de ellos relataron cómo fueron sus años durante El Proceso.
Cita al pie del video: Loboguerrero, Camila (directora). (1995). Inmigrantes : 1994-1995. Capítulo [09] : Argentinos bogotanos, febrero 27 de 1995. Colombia: Audiovisuales. Archivo Señal Memoria, C1P-243494.
De los actos más repudiables de la dictadura argentina fueron las llamadas desapariciones. Estas consistían en el secuestro, reclusión clandestina, tortura y posterior asesinato de personas, sin que se notificara al público o a los familiares de la víctima. Esto ha generado que muchas familias no hayan podido cerrar sus heridas ni enterrar a sus muertos. Adicionalmente, en muchos casos fueron detenidos también los hijos de las víctimas, e incluso mujeres en estado de embarazo, quienes eran no solo separados de sus padres, sino entregados a personas adeptas a la dictadura.
A continuación, podemos observar las declaraciones de uno de los militares arrepentidos, quien pide perdón a una de las madres de los desaparecidos.
Cita al pie del video: Orozco Tascón, Cecilia (directora). (1995). Noticiero de las Siete N7 : 1983-2001. [Sargento lanzado al mar por el Ejército de Argentina]. Colombia: Programar Televisión. Archivo Señal Memoria, BTCX60-063990.
Lección para el futuro
En los últimos años, tanto a nivel nacional como global se han llegado a escuchar voces que reivindican a los gobiernos dictatoriales y represivos, tanto en América Latina como en Europa y los Estados Unidos. Pasadas tres décadas de finalizada la Guerra Fría, la sociedad se encuentra mucho más polarizada, llegando a hablarse no de connacionales con posturas e ideologías diferentes sino de enemigos que merecen, y deben de ser acabados. Sin embargo, a modo de reflexión, la represión, la pérdida de libertades y los excesos nunca pueden ser una opción, ya que no solo afectan a las víctimas inmediatas, sino al grueso de la sociedad. El cantautor argentino Jorge Cumbo nos recuerda la importancia de las libertades personales y de pensamiento.
Cita al pie del video: Noticiero de las Siete N7 : 1983-2001. [Jorge Cumbo analiza la dictadura]. (1984). Colombia: Programar Televisión. Archivo Señal Memoria, UMT-217482.