Es frecuente en la actualidad el uso de la expresión “conductor elegido”, así como del servicio mismo que le da su nombre. Campañas donde se involucran diferentes entidades de orden público y privado han convertido el servicio de conductor elegido en una conducta de gran acogida dentro de los usuarios de carros particulares en Colombia.
La prevención de la accidentalidad vial, donde se involucra la pérdida de vidas humanas o discapacidades temporales o permanentes de las personas involucradas en los siniestros, sumado a los detrimentos económicos de todo tipo, son las razones principales de autoridades policiales y de salud además de compañías aseguradoras, para emprender iniciativas que informen, prevean y eviten estas situaciones.
Aunque pareciera una idea reciente, la Secretaría de Tránsito de Bogotá tenía para finales de la década de los años 50 un programa para prevenir la conducción en estado de embriaguez. El servicio incluía el acompañamiento de la persona embriagada hasta su residencia, donde se entregaba a alguien responsable de su estado de alicoramiento. La asistencia no tenía ningún costo, ni generaba alguna multa o comparendo ciudadano.