Daniel Baquero Michelsen, músico bogotano nacido en 1924, estuvo activo desde las décadas centrales del siglo XX. Tuvo dos facetas, fue chelista y guitarrista. En lo primero se mantuvo en vínculo con la Orquesta Sinfónica de Colombia, bajo la égida de Olav Roots. Además fue miembro de la Camerata Barroca de Bogotá durante la década de 1970. Como guitarrista, autodidacta en buena medida, Baquero se encargó de formar los primeros guitarristas clásicos de la capital.
Esto último fue sin duda uno de sus grandes aportes. Hasta esos años 50 y 60, en el contexto colombiano la guitarra estuvo ligada por completo a la música popular. Pero con el desarrollo realizado por Baquero empezaron a surgir representantes de esa otra faceta del instrumento, de carácter solista. Ello, sin embargo, no significa que el vínculo con las tradiciones populares se hubiera perdido. Al contrario, la guitarra como instrumento solista ha sido medio para el desarrollo de lenguajes que han explorado en las posibilidades sonoras con raíz en músicas de baile o la pieza de salón del siglo XIX. Esto por lo general ligado a una concepción nacionalista.
Dentro de los discípulos de Baquero se encuentra por ejemplo Gentil Montaña, hasta hoy recordado como uno de los más importantes guitarristas colombianos. Su obra se centra en géneros de la música andina colombiana con algunas creativas exploraciones en géneros del Caribe. Otro destacado discípulo de Baquero fue Ramiro Isaza Mejía, fundador ya en la década de 1980 de la cátedra de guitarra en la Universidad Nacional de Colombia.
Pero en el momento que despuntaba la guitarra clásica en Colombia y su presencia empezaba a dejar de ser una rareza en las salas de concierto, uno de los más brillantes discípulos de Baquero fue su propio hijo, también llamado Daniel. Señal Memoria conserva en su fonoteca la grabación de un concierto realizado por Daniel Baquero hijo el 16 de diciembre de 1977 en el marco del aguinaldo boyacense. Contaba entonces con cerca de 12 años de edad.
Daniel Baquero hijo presentó un admirable concierto en la iglesia de San Ignacio, en Tunja. Como ejemplos de la versatilidad del intérprete y también del instrumento, en el concierto se incluyeron, entre otras obras, el bambuco “Bochica” de Franciso Cristancho, y de Johann Sebastian Bach, “Preludio” y “Allegro” de una de sus suites para laúd.
Daniel Baquero hijo - Bochica, 1977
Daniel Baquero hijo - Preludio y allegro, 1977
