Por: Antonio Ochoa Flórez
En 1993 el actor Gerardo Calero interpretó al sastre Jacobo en Crónicas de una generación Trágica, una miniserie de ficción histórica de 6 capítulos basada en una idea original de Gabriel García Márquez y dirigida por Jorge Alí Triana. En ella se recreaban los sucesos que vivieron un grupo de jóvenes criollos que pasarían a ser recordados como héroes de la Independencia de la Nueva Granada.
El sastre Jacobo es un personaje central en el desarrollo de la trama de esta miniserie, pues sus intervenciones enlazan el rumbo de las historias que van desde 1781 hasta 1816; ya sea como testigo, narrador y confidente de algunos de los protagonistas como Pedro Fermín de Vargas y Antonio Nariño. Por tanto, el papel desarrollado por el sastre Jacobo le permite figurar en diferentes ambientes y escenas sosteniendo la narrativa cronológica propuesta por la miniserie.
Es preciso señalar que este personaje está basado en un cronista que existió en Santafé de Bogotá hace 200 años llamado José María Caballero, del cual no hay registro de fechas de nacimiento y muerte, pero se sabe gracias a sus escritos que desempeñó varios oficios como actor, sastre, tendero, comerciante y administrador de obras caritativas.
José María Caballero escribió un extenso diario que registra múltiples acontecimientos de la vida local santafereña entre 1743 y 1819, contando detalles sobre la vida cotidiana, casos criminales, los fenómenos naturales que ocurrían en la ciudad, y los sucesos políticos y militares relacionados a las guerras de independencia como los conflictos entre los patriotas criollos tras la expulsión de las autoridades españolas, las luchas entre federalistas y centralistas, la invasión de las tropas realistas de Pablo Morillo y la consecuente ejecución de varios patriotas como el Sabio Caldas, Policarpa Salavarrieta y José María Carbonell. Al igual que el sastre Jacobo, José María Caballero fue patriota y soldado del ejército de Antonio Nariño donde alcanzó el grado de Sargento.
Debido a su participación en el bando patriota José María Caballero debió esconder su diario y otros impresos patrióticos en 1817 ante las persecuciones que hacían las autoridades y soldados españoles por toda la ciudad de Santafé. Para salvar su vida también debió huir a poblaciones vecinas e interrumpir la escritura de su diario el cual dio por terminado en 1819. Posteriormente el diario permaneció oculto por más de 80 años, hasta que en 1902 fue publicado por los historiadores Eduardo Posada y Pedro María Ibáñez, quienes destruyeron parte de los manuscritos originales al considerarlos inapropiados para sus lectores. Desde su impresión, el Diario de Caballero ha servido sucesivamente como fuente para la investigación histórica y como recurso dramatúrgico a la hora de representar la época de la independencia en la televisión y la radio, tal como lo muestra Crónicas de una Generación Trágica.
Agradecimientos a Jorge Mario Vera y el área de preservación de Señal Memoria, por la restauración de Crónicas de una Generación Trágica.