En Señal Memoria conservamos valiosos registros sonoros y audiovisuales que nos permiten acercarnos a la figura de El Greco. Destacamos el caso del programa de televisión “Viva el arte” y de los programas radiales, “Intercambios Culturales Hispanorama” y “Señal de la mañana”. A partir de estas fuentes exponemos dos de sus obras, “La crucifixión” y “Vista de Toledo”.
Entre Creta, Venecia y Toledo
Doménikos Theotokópoulos nació en Creta en 1541, actual Grecia, que durante el siglo XVI era un territorio de la República de Venecia, una de las mayores potencias comerciales del mundo. Gracias a este escenario, El Greco, que creció en el seno de una familia dedicada al comercio marítimo, se formó como artista en dos escuelas que concebían la realidad de forma distinta: por un lado, en la bizantina y ortodoxa; por otro, en la del moderno, renovado y humanista Renacimiento italiano. Esta dualidad es crucial para entender la obra del cretense.
En el programa radial Intercambios Culturales Hispanorama, producido por Radio Exterior de España en 2004 y preservado por Señal Memoria, el historiador y crítico de arte español Francisco Calvo Serraller nos comenta sobre la primera y poco conocida etapa del pintor.
Francisco Calvo Serraller comenta la etapa juvenil de El Greco. Radio Nacional de España. Intercambios culturales Hispanorama. [No. 170 - 6 de enero de 2004]. España: Radio Exterior de España. Archivo Señal Memoria, CD7437
Debido a su inquietud por aprender, El Greco decidió viajar a Italia, en donde recorrió diferentes ciudades, entre ellas, Verona, Florencia, Roma y Venecia. En esta última, el artista tuvo como referentes a los maestros Tiziano y Tintoretto, dos de los pintores más importantes de la época, a quienes imitó y de los cuales aprendió para después definir su propio estilo. El poeta y escritor colombiano Gustavo Cobo Borda, con motivo de los 400 años del fallecimiento de Doménikos, nos presenta su valiosa visión sobre el artista a la vez que reflexiona al respecto de estas influencias y de la conexión del pintor con su particular contexto cultural en el programa de Radio Nacional de Colombia, “Señal de la mañana” del 2014.
Gustavo Cobo Borda reflexiona sobre El Greco. Radio Nacional de Colombia. Señal de la mañana. [04 de marzo de 2014]. Colombia: Radio Nacional de Colombia. Archivo Señal Memoria, AD04710
Tras trabajar unos años como retratista en Italia y, al no conseguir el éxito esperado, el pintor griego decidió viajar a España hacia 1577. Allí, El Greco hizo parte del grupo de artistas encargados de decorar el Monasterio de El Escorial, residencia del rey Felipe II. Sin embargo, como explicaba Borda, el estilo del cretense no era del total agrado para el monarca habsburgo, quien no obstante, fue su comitente en dos ocasiones más. Durante esa época, Theotokópoulos vivió en Madrid y Toledo, ciudades que albergan la mayor parte de sus obras más significativas y admiradas.
El manierismo: lenguaje de artificio
Asentado en España, nuestro pintor fue encargado para realizar el retablo del Colegio de la Encarnación, un seminario de la orden de los agustinos en Madrid. Del conjunto de obras de esta estructura destacamos “La crucifixión”, pintada entre 1597 y 1600. Gracias al programa “Viva el arte”, dirigido por Bernardo Nieto, presentado por Betsy Pratt y transmitido por Señal Colombia en 1999, podemos tener acceso a una reproducción de este cuadro, cuyo original se encuentra en el Museo del Prado. La obra fue expuesta en Bogotá en el Museo de Museos Colsubsidio, donde también se exhibieron obras de El Bosco y de Miguel Ángel entre otros. La directora del museo, Adelaida Espinosa nos presenta este cuadro.
“La crucifixión” de El Greco. Nieto Sotomayor, Bernardo (Director). (1999). Viva el arte [Magacín cultural]. [Cap. Museo 1]. Colombia: Inravisión-Señal Colombia. Archivo Señal Memoria, BTCX30 008180.
La crucifixión de 1597-1600. Theotokópoulos, Doménikos. Extraído de: Nieto Sotomayor, Bernardo (Director). (1999). Viva el arte [Magacín cultural]. [Cap. Museo 1]. Colombia: Inravisión-Señal Colombia. Archivo Señal Memoria, BTCX30 008180.
La crucifixión de 1597-1600. Theotokópoulos, Doménikos. Extraído de: Nieto Sotomayor, Bernardo (Director). (1999). Viva el arte [Magacín cultural]. [Cap. Museo 1]. Colombia: Inravisión-Señal Colombia. Archivo Señal Memoria, BTCX30 008180.
La obra muestra uno de los momentos más representados por la iconografía cristiana. Ambientada en una atmósfera de oscuridad tormentosa, de extrema nubosidad y sin referencias arquitectónicas espaciales, aparece la figura central, brillante y luminosa de Cristo crucificado. A su lado, dos ángeles recogen su sangre. En el plano inferior, se muestra el lamento de María y de San Juan y también aparece María Magdalena junto a un tercer ángel, quienes limpian cuidadosamente la sangre derramada de los pies de Cristo.
Debemos destacar el tratamiento manierista de las figuras por parte de El Greco. Esto quiere decir que, gracias al uso de una pincelada suelta, los cuerpos aparecen extremadamente alargados, rompiendo el canon clásico renacentista de la proporción y mostrando figuras de artificio, antinaturales, deformadas, pero extraordinariamente bellas y espirituales. Además, sus ropajes los dotan de voluminosidad. Es de resaltar el contraste entre el fondo nocturno y los colores vivos de las vestiduras. De este modo, destacan el rojo veneciano de San Juan y el azul celeste de María, identificador de su lado más humano. Las miradas de los personajes son distorsionadas: miran hacia el cielo, hacia Dios, en un éxtasis hacia la divinidad, como bien comentaba Borda. No en vano, a nuestro pintor se le ha conocido como el pintor divino.
Vista de Toledo de 1598 a 1599. Theotokópoulos, Doménikos. Extraído de: Beatriz Mejía, Elvia. (Directora). (2001). Fondo y forma [Magacín cultural]. [Capítulo 1 - La luz]. Colombia: Inravisión-Señal Colombia. Archivo Señal Memoria, BTCX30-007726
Otro de los cuadros más emblemáticos del autor cretense es “Vista de Toledo”, finalizado en 1599 y que actualmente se encuentra en el Museo Metropolitano de Nueva York. Se trata de uno de los pocos paisajes que se pueden encontrar dentro de la pintura renacentista. El Greco nos presenta una vista panorámica de la ciudad castellana con sus edificios más emblemáticos, el Alcázar y la Catedral. Al igual que con “La crucifixión”, se nos sitúa en un ambiente noctámbulo y nuboso en el que destaca el color de las pinceladas sobre el dibujo. A simple vista, sobresale la tonalidad verde, fría, que le da un toque dramático a la escena, cuyo protagonista es el paisaje en sí, un hecho singular en la pintura de la época. Además, el deseo manierista de alargar las formas también se refleja en los árboles y en el entorno natural. Si bien el pintor nos expone un paisaje como verdad, es decir, una aparente imitación de lo natural, plantea a su vez, una fusión permanente entre lo terrenal y lo sobrenatural. Como bien nos aclaraba el poeta Borda, la ciudad de Toledo está a punto de ascender y la superficie empieza a levitar entre la tierra y el cielo.
Resulta pertinente volver a los comentarios de Francisco Calvo Serraller, quien nos habla sobre la influencia que ha tenido la obra de El Greco para pintores posteriores y vanguardistas.
Francisco Calvo Serraller comenta la influencia de El Greco en los artistas posteriores. Radio Nacional de España. Intercambios culturales Hispanorama. [No. 170 - 6 de enero de 2004]. España: Radio Exterior de España. Archivo Señal Memoria, CD7437
La figura de El Greco sigue cautivando en nuestros días, y su obra seguirá siendo objeto de gran interés entre escritores, artistas e historiadores.
Autor: Luis Felipe Núñez Martínez