Por: Claudia Bautista
Después de emitir durante dos años más de 270 programas de ciencias naturales, ciencias sociales, música, dibujo y trabajos manuales, la televisión educativa se quedó sin presupuesto en 1963 y el gobierno colombiano optó, en plena guerra fría, por solicitar ayuda al gobierno de los Estados Unidos para revivirla en 1964.
Una comisión de expertos de la Fundación Ford evaluó la producción local y en junio de 1963 se firmó un convenio en el que el gobierno colombiano invertiría $600 mil pesos y el estadounidense $575 mil dólares, además de aportar asistencia técnica y un programa de formación para el personal de la división de TV educativa.
El Ministerio de Educación se hizo cargo de los contenidos de los programas, seleccionó a los telemaestros, escogió los colegios y escuelas en que se instalaron los receptores e instruyó a los profesores locales. El Ministerio de Comunicaciones, a través de la Radiotelevisora Nacional, se ocupó de la técnica y la producción.
La USAID -Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional-, y los Cuerpos de Paz, suministraron equipos técnicos, instalaron televisores en muchos lugares de Colombia y asignaron cerca de 100 personas al proyecto para trabajar en producción, programación y uso de los materiales en campo.
Un documental sobre la producción y el impacto de la TV educativa estatal en los años sesentas en Colombia, fue emitido en 1991 por la división de Cinematografía de Inravisión y se conserva en el Archivo Señal Memoria.
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