Un radioteatro de Oswaldo Díaz Díaz | Señal Memoria

un radioteatro de Oswaldo Díaz Díaz
Publicado el Sáb, 24/01/2015 - 16:10 HISTORIA DE LOS MEDIOS
El sueño de nuestra importancia, en un radioteatro de Oswaldo Díaz Díaz

Oswaldo Díaz Díaz fue una de las figuras más importantes en los primeros años de la Radiodifusora Nacional de Colombia. Sus adaptaciones de los grandes dramaturgos del pasado y contemporáneos hicieron parte de espacios como el Radioteatro dominical, muchos de los cuales se conservan en el Archivo Señal Memoria en los viejos soportes originales en disco de aluminio y acetato y digitalizados. 

Segismundo ha pasado su vida entera encerrado en un rústico palacio situado en un desierto rocoso. Su padre, el rey Basilio, lo ha confinado allí por temor al presagio de que, si su hijo llegara a sucederlo en el trono, sería un soberano cruel y desmandado. Es monstruoso por las villanías que le depara al mundo su naturaleza —eso quiere hacernos creer la obra al comienzo— y por su aspecto y comportamiento salvajes, producto de su prolongado aislamiento. Este es el Segismundo de La vida es sueño, comedia escrita por Pedro Calderón de la Barca en el siglo XVII.

El radioteatro

Un eco de ese Segismundo resuena en Y los sueños, sueños son, comedia  que el dramaturgo colombiano Oswaldo Díaz Díaz (1910-1967) escribió en el siglo XX y que mereció el premio Espiral en 1951. Este segundo Segismundo fue interpretado por el actor Gabriel Vanegas en una versión radioteatral de la obra de Oswaldo Díaz Díaz presentada por la Radiodifusora Nacional de Colombia.

 Los dos Segismundos tienen en común el haber sido aislados del mundo por sus padres, ambos de nombre Basilio, pero el de Oswaldo Díaz Díaz, a diferencia del de Calderón, vivió en un mundo mullido, entregado al ensueño y la contemplación de las ondas del agua, de los tesoros de los museos, del vuelo de las aves, etc. Su padre, rico y poderoso gracias a sus negocios, confinó a su hijo en una casa cómoda y remota, para apartarlo del caos de la existencia. El Segismundo de Calderón es aislado para salvar de él al mundo; el de Díaz Díaz, para salvarlo a él del mundo.

Al igual que a su modelo, le llega al segundo Segismundo la hora de salir de su encierro, momento decisivo de ambos dramas. ¿Qué vida escoger?, cavila el moderno Segismundo, ¿la del ensueño, en que ha vivido hasta ahora? ¿O la de hombre de acción, que, en su caso, significaría dejar atrás la imaginación y la contemplación para tomar las riendas de los prósperos negocios de su padre? De paso, se plantea una cuestión, también presente en la obra de Calderón: ¿los seres humanos gozan de libre albedrío o algo más poderoso que su voluntad decide por ellos?

Calderón de la Barca en el siglo XX

El énfasis de la vida es sueño está puesto en lo ilusorios que son los roles humanos y la vida misma. La muerte, el paso del tiempo y lo sencillo y sugestivo que resulta comparar la vida con un sueño ponen de relieve su irrealidad y la de glorias pasadas, que un día lo colmaron todo y hoy se han esfumado. 

El radioteatro Y los sueños, sueños son pone en entredicho los afanes de quienes se embeben a tal grado en sus empresas que se dejan dominar por ellas y las privilegian sobre otras cosas, como la vida de un hombre, por ejemplo. Ambas obras invitan al escepticismo: ¿tanta soberbia y seriedad para qué, si quizás sea ilusoria la importancia que atribuimos a nuestros papeles? El radioteatro Y los sueños, sueños son está identificado con el código RDNC-DAA-000227 y se puede escuchar en el catálogo en línea del Archivo Señal Memoria.


Carlos Fernández

Fecha de grabación: desconocida, posiblemente, década del 70 del siglo XX.
Fecha de emisión: desconocida, posiblemente, década del 70 del siglo XX.
Lugar de grabación: Radiodifusora Nacional de Colombia, Bogotá.
 

Fecha de publicación original Sáb, 24/01/2015 - 16:10