La Toma de la Embajada Dominicana la cubrió La Chiva | Señal Memoria

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Publicado el Dom, 27/02/2022 - 11:00 CULTURA Y SOCIEDAD
Villa Chiva: la prensa que cubrió la Toma de la Embajada

En 1980 doce guerrilleros del M-19 asaltaron la embajada de República Dominicana en Bogotá y secuestraron a dieciséis diplomáticos. La acción, que culminó con la liberación de los rehenes en Cuba, fue un desafío para los medios colombianos y extranjeros, pues numerosos periodistas debieron vivir durante 61 días en “Villa Chiva”, un campamento instalado frente al lugar de la toma, para así informar al país sobre uno de los sucesos más recordados en la historia del Conflicto.

La Toma vista desde la Embajada

A finales de los años 70 los estallidos sociales habían transformado el conflicto entre insurgencia y contrainsurgencia surgido en la década anterior, el cual hasta entonces transcurría con una intensidad relativamente baja. Al empezar el decenio, las Farc y el ELN estaban replegadas y en crisis, escenario que contrastó con la aparición del M-19, una guerrilla urbana y nacionalista que planteó desafiar al Estado a través de acciones propagandísticas. A esta situación se sumaba la respuesta ambigua de los gobiernos a las demandas frecuentes que emprendían los movimientos estudiantiles, agrarios y sindicales, muchas veces estigmatizados como instrumentos de la insurgencia. Luego del Paro de 1977, se hicieron cada vez más frecuentes los allanamientos, los consejos de guerra a civiles y las desapariciones forzosas.

Entonces las guerrillas se degradaron con el aumento de asesinatos y extorsiones, mientras el gobierno de Julio César Turbay respondía con el represivo Estatuto de Seguridad que afectó a muchas de las organizaciones civiles. Así llegó el 27 de febrero de 1980, cuando el M-19 decidió tomar la embajada dominicana en Bogotá, en el momento que se realizaba un evento social, y secuestrar a 16 diplomáticos, contando a los embajadores de Estados Unidos e Israel y el Nuncio del Vaticano. Los guerrilleros, llamando la atención del mundo, buscaban con esta acción, la liberación por parte del gobierno de cerca de 300 personas detenidas en el marco de las acciones contrainsurgentes, especialmente tras el robo de armas del Cantón Norte un año antes.

Y de manera sorpresiva, el gobierno tomó la decisión de negociar con una guerrilla por primera vez en la historia del Conflicto. Aquel episodio duró 61 días y puso a trabajar durante 24 horas a la prensa colombiana e internacional…

 

[Toma de la Embajada Dominicana] (1980). [Material huérfano]. Colombia: Archivo Señal Memoria, BTCX30 014120

 

La toma vista desde la Carrera 30

El asalto a la Embajada tomó por sorpresa al gobierno. Para el momento de la acción ni siquiera tenían conocimiento de quiénes eran sus autores y fue la prensa la que informó al país, como consta en los archivos de Todelar. De hecho, el periodista Juan Guillermo Ríos contaba 38 años después al investigador Camilo Torres Jiménez como ellos llegaron al lugar antes que pudieran hacerlo la policía o el ejército. Por supuesto, en ese momento no se esperaba que fueran a permanecer allí 61 días.

Con el paso de las horas, se hizo necesario instalar un campamento cerca de la Embajada, sobre un separador de la Carrera 30, para registrar desde allí cualquier movimiento de los rehenes y sus captores. Se le llamó “Villa Chiva”, recordando el nombre que reciben las primicias en el argot periodístico colombiano. Durante dos meses Villa Chiva debió luchar contra el secretismo de un gobierno que no quería que se hicieran públicas sus negociaciones, también contra el deseo del M-19 de no mostrar las condiciones en las que se encontraban los rehenes. Sin mucho éxito, los uniformados que acordonaron la zona intentaron

A pesar de las dificultades, el trabajo en Villa Chiva empezó a dar frutos. Roberto Pombo, quien cubrió la Toma para la revista Alternativa, contaba que la tendencia izquierdista de su medio escrito le permitió una mayor comunicación con simpatizantes del M-19, al tiempo que la redacción aprovechaba sus contactos familiares en el gobierno para conocer los avances de las negociaciones. El periodista Guillermo Franco Fonseca, de la desaparecida revista Vea, fue el primero en lograr entrar a la casa, pero debió hacerlo en calzoncillos para demostrar que no estaba armado. Luego de aquel suceso, Cromos logró un extenso trabajo fotográfico del interior de la casa. Para el periodista Javier Darío Restrepo (también en entrevista a Camilo Torres Jiménez) Villa Chiva fue “un nombre completamente desacertado”, que reflejaba el hecho de que la prensa no persiguió un interés informativo, sino que allí primaba más el afán comercial de disponer de material inédito para el medio de turno.

Ocho semanas y 24 sesiones de negociación después, se pactó la liberación de los rehenes. Con mediación de Cuba se estableció que estos serían trasladados por el propio M-19 hasta el aeropuerto. De allí volaron a La Habana, donde fueron entregados a la prensa internacional mientras los guerrilleros se asilaron en la isla (algunas informaciones no confirmadas oficialmente hablaban de un millonario rescate por la libertad de los diplomáticos). Por supuesto, Villa Chiva también acompañó ese viaje, en una caravana que los persiguió por toda la Avenida El Dorado…

 

Alonso, D. (director). (1994). 40 años de imágenes en la historia. Colombia: Inravisión. Archivo Señal Memoria, UMT 207265

 


Autor: Felipe Arias Escobar

 

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Fecha de publicación original Dom, 27/02/2022 - 11:00