El mundo de los sueños, la fantasía, la infancia. Todo junto en un nuevo-viejo comercial que hace parte de Señal Memoria
Bien puede uno trasladarse al mundo de Blanca Nieves o Pinocho con los segundos iniciales de este comercial. La cuestión es la música. Evocador vals que nos ubica en un mundo de sueños, un anhelo infantil que desemboca en el deseo por comerse todas las galletas. Esta técnica no se la inventaron en los años 60, época del comercial. El arte de encantar con la música viene de siglos atrás y su entramado encontró en la ópera uno de los canales más populares.
De las realizaciones operísticas del siglo XIX quedó todo un repertorio de estilos para conmover y despertar un espectro de sentimientos que van del odio al amor: tipos de melodía, tipos de instrumentación, temas, formas de musicalizar textos. Óperas y operetas fueron las telenovelas del siglo XIX y lo aprendido allí se reflejó en las primeras realizaciones del cine. De ahí a la televisión, solo fue cuestión de fantasía.
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