Guillermo Abadía Morales nació el 8 de mayo de 1912, un día como hoy hace 110 años. Por ese entonces Colombia contaba apenas un siglo de vida republicana y construcción del proyecto de nación. Pero bajo ese proyecto ya había un sustrato cultural riquísimo que lo sostenía: literatura, música, arte, costumbres, tradiciones y mucho más, dinámicas que suman y hacen parte del folclor nacional. A lo largo del siglo XX el folclor colombiano se extendió y profundizó, al tiempo que Abadía Morales lo estudiaba con destreza y pasión. Tanto así que, para la fecha de su muerte, a inicios de 2010 y con casi cien años de vida, fue reconocido de manera unánime como una de las principales autoridades de nuestro folclor. Así, conforme la cultura colombiana avanzaba, Abadía también lo hacía con ella. Estuvo allí para pensarla, discutirla y registrarla.
Abadía creció en Sopó (Cundinamarca) en una familia emparentada con Miguel Abadía Méndez, presidente de Colombia, el compositor Pedro Morales Pino, y los próceres Antonio y Francisco Morales. En Bogotá estudió Farmacia y Medicina en la Universidad Nacional y participó en las jornadas educativas y de vacunación que se llevaron a cabo en la selva de Chocó, lo que constituyó su primera gran aproximación a la realidad nacional. En 1934 volvió a la selva para estudiar los grupos indígenas y afrocolombianos, su cosmología, su forma de vida y, por supuesto, su música. Allí duró diez años y trabajó con decenas de comunidades. Tras su extensísimo trabajo de campo, Abadía clasificó más de cien grupos indígenas en nueve familias lingüísticas. Así surgió la Clasificación Abadía, fundamental al momento de entender la historia de la antropología colombiana. No dejaría de recorrer Colombia con el propósito de entender sus costumbres y tradiciones.
Abadía aprendió del filósofo Fernando González y fue amigo y compañero de tertulia de personajes que lo elevaron intelectualmente: León de Greiff, Rafael Maya, Otto de Greiff, Luis Vidales, Rafael Vásquez, Fabio Ramírez, Ciro Mendía, Arturo Camacho Ramírez y Víctor Amaya. Su labor intelectual la continuó en la Universidad Nacional, donde fue Director del Centro de Estudios Folclóricos y profesor del Conservatorio de Música. Participó en infinidad de proyectos, desde la creación de Colcultura, en la que trabajó durante casi treinta años, hasta la consolidación de la HJN, luego Radiodifusora Nacional, la cual nutrió con programas sobre cultura popular e indígena. Era incansable: dio clases en varias universidades y fue conferencista de distintas entidades. Su palmarés es demasiado largo como para citarlo por completo, pero algo clave es reconocer que siempre trabajó para destacar el folclor nacional, la identidad colombiana y las cosmologías de comunidades afrocolombianas e indígenas que conocía muy bien.
El impacto de Abadía fue tal que, durante el gobierno de Guillermo León Valencia, en los años sesenta, el presidente le ofreció el Ministerio de Educación. Pero él, convencido de la potencia transformadora de la pedagogía, prefirió seguir dictando sus clases: se concebía como un educador, dedicado al conocimiento y al aprendizaje de lo que vivía y veía. Tenía claro el valor político, en el sentido más amplio, de todo su quehacer. Su vocación está reflejada en los veinticinco libros que escribió, entre los que destaca Compendio general del folklore, fundamental para investigadores y estudiantes, un hito de las ciencias sociales colombianas. Y aunque los premios no siempre son una manera acertada de medir el impacto de una obra, los que recibió Abadía Morales revelan el reconocimiento que obtuvo. Por ejemplo, el Premio Colombiano Ejemplar en Cultura, en 2008.
Abadía, insatisfecho con las definiciones tradicionales de “folclor”, estableció cinco puntos clave al momento de entender en qué consiste esta expresión cultural e histórica: 1) Una tradición cultural, 2) popular (del pueblo), 3) típica (no de toda la humanidad), 4) empírica (sin teoría ni doctrina) y 5) viva, actual. Así lo dijo en una entrevista concedida en 1983 a Bernardo Hoyos Pérez, para el programa Concierto RTI, que hace parte de los archivos de Señal Memoria.
Hoyos Pérez, Bernardo (1983). Concierto RTI [Entrevista a Guillermo Abadía Morales sobre folklore colombiano]. Bogotá: Caracol. Archivo Señal Memoria, RDNC-DGW-038188-01.
En retrospectiva, Guillermo Abadía Morales es un pionero de los periodistas, académicos, ciudadanos y melómanos que hoy estudian la música colombiana. Su enseñanza perdura: la música no es solo entretenimiento, sino también un gran proceso cultural en el que confluyen varias dinámicas y que contiene el proyecto de nación, las distintas identidades de un país, y la pregunta qué es ser colombiano. Su obra contribuyó, sobre todo, a tomar en serio nuestro folclor. De lo empírico, el folclor, hizo una ciencia, la folclorología. Y en esto no estuvo solo: lo acompañó un movimiento que trabajó alrededor del folclor en toda América Latina, movimiento que él creó y en el que siempre colaboró.
Esto dijo Abadía en el siguiente fragmento de una entrevista, la cual también hace parte de Señal Memoria.
Guillermo Abadía Morales: Folclorólogo colombiano. Bogotá. Archivo Señal Memoria, UMT-206815.
Autor: Santiago Cembrano