Publicado el Sáb, 25/08/2012 - 00:19 Historia de la radio
Homenaje a Radio Sutatenza
El 29 de agosto de 2012, Radio Televisión Nacional de Colombia, a través de su Fonoteca y la Biblioteca Luis Ángel Arango, entregaron al público el disco Sutatenza, el campo de radio, una significativa muestra del amplísimo acervo sonoro que desde 2008 se encuentra al cuidado de la Biblioteca y que es puesto a disposición de la comunidad con la colaboración de la Fonoteca de rtvc.
Este disco, el primero que se realiza en el país, con contenidos en braille, reúne un buen número de programas de distinta índole producidos por la emisora para los campesinos colombianos. Esta muestra da cuenta de la variedad de formatos sonoros, temas y recursos a los que apelaron Acción Cultural Popular y Radio Sutatenza para hacer del campo y de la vida agraria un referente significativo en el imaginario de los colombianos.
La escucha de este disco abrirá puertas para entender a la Colombia de los años en que Sutatenza cubrió con sus transmisores a todo el territorio nacional. Entre 1947 y hasta 1995, tiempo en que la emisora estuvo viva. Allí confluyeron espacios educativos y de entretenimiento que aún hoy están en la memoria de miles de colombianos y que son reflejo de la fe en el potencial transformador de la comunicación.
Con la entrega del disco también la Biblioteca Luis Angel Arango realizó también la presentación del Boletín Cultural y Bibliográfico No. 82 dedicado a Radio Sutatenza, con artículos que dan a conocer la importancia del proyecto y la riqueza documental del archivo.
Compartimos con ustedes un fragmento del librillo que acompaña esta producción y algunos cortes de audio:
Corte 3. Canción - Cartillas de Sutatenza
Corte 9: Hablemos bien, un curso para consolidar el conocimiento y la habilidad de leer y escribir, de hablar y comunicarse mejor
Corte 17: Programa Nuestro Bienestar
Corte 80: El hogar de Pedro y Brigida
"La selección de programas que se encuentra en este disco es apenas una pequeña muestra del enorme acervo sonoro que se conserva de Radio Sutatenza, cuyos archivos se encuentran actualmente en la Biblioteca Luis Ángel Arango, en Bogotá.
Una escucha atenta de estos programas da claves para entender a profundidad aquella institución que aún hoy, casi veinte años después de su desaparición, está en la memoria de miles de colombianos que siguieron los mensajes espirituales del padre Ramón Sabogal, o que gracias al médico Alejandro Salas se acercaron a una noción de salud asociada al reconocimiento y cuidado del cuerpo, a la calidad de vida, a la higiene y al cuidado ambiental, o que pudieron apropiarse de nociones matemáticas útiles para la vida agraria.
Además, y contrario a lo que pudiera pensarse Sutatenza también se preocupó, y muy seriamente, por el entretenimiento. Este no sólo estaba en manos de reconocidos músicos y humoristas como Los Tolimenses, que ambientaron con coplas las distintas nociones y la invitación permanente que
hizo la emisora al rescate del liderazgo y las formas solidarias de convivencia, sino que estuvo también presente en franjas de programación destinadas al radioteatro y la radionovela; es decir a aquellos géneros con los que probablemente buscó competir con fuerza frente a las demás emisoras comerciales, utilizando sus mismos tipos de formatos y lenguajes. Ricardo Castillo Franco, director del grupo de radioactores (compuesto entre otras figuras por Silvio Angel, Chela del Río, Fabio Camero, Manuel Alfonso Currea, Ana Mojica, Concha Potier, entre muchísimos otros), adaptó un buen número de obras de la dramaturgia universal, latinoamericana y colombiana. Estos radioteatros y radionovelas se encuentran hoy al cuidado de la Biblioteca Luis Angel Arango y componen buena parte del archivo sonoro de la emisora.
Incorporar una programación con espacios de tan distintos perfiles bien pudo responder a una manera inédita de entender el campo colombiano. Probablemente para Radio Sutatenza lo rural no era solo aquel lugar que esperaba mensajes de aliento desde la metrópoli. Tal programación valoraba a la audiencia campesina por su potencia y vigor. No se trataba de pálidos receptores sino de posibles transformadores de la realidad
colombiana y de sus propias condiciones individuales, familiares y sociales. A su vez, el hecho de tener una emisora cuyo público era el campesinado colombiano fue vital para que el resto de la sociedad colombiana percibiera la complejidad del mundo rural y la importancia que tiene para la nación contar con una población campesina. Hoy el reconocimiento a este sector de la sociedad es difuso, como lo es su identidad.
Las actuales dinámicas del mercado y el conflicto colombiano que, entre otros elementos, sigue girando en torno a la propiedad de la tierra, han hecho de la figura del campesino algo impreciso. Escuchar los sonidos de Radio Sutatenza bien puede ayudar a entender lo que fue aquella imagen que se evocaba el primer domingo de cada mes de junio cuando, en homenaje a San Isidro Labrador, se celebraba en todo el país El Día del Campesino.
Hoy, cuando los campesinos parecen ser otros y además ser menos (apenas el 25% de la población, en un país que sigue siendo mayoritariamente agrícola) y cuando el territorio se destina a la ganadería extensiva e intensiva, al cultivo de palma o a la minería a cielo abierto, para responder de manera competitiva a tratados de libre comercio, vale preguntarse por los rumbos que la radio ha tomado, sus mensajes,
su misión y sus públicos. ¿Será Sutatenza un proyecto irrepetible?"
Ana María Lara
Fecha de publicación original Sáb, 25/08/2012 - 00:19