La serie documental Inmigrantes, de la cineasta colombiana Camila Loboguerrero, se grabó a finales de 1994 y fue transmitida por Canal Uno entre enero y febrero de 1995. Se trata de nueve capítulos que muestran distintas comunidades de inmigrantes asentadas en Colombia durante la primera mitad del siglo XX.
La idea de Loboguerrero de hacer un documental para televisión con esta temática surgió luego de leer el libro Colombia nazi, 1939-1945, de Silvia Galvis y Alberto Donadio (1986). Por medio del libro, supo de la existencia de un judío que debió afrontar una larga travesía para llegar a Colombia y huir así del Holocausto nazi que se avecinaba. Fue entonces cuando Loboguerrero concentró sus esfuerzos en planear un proyecto audiovisual que finalmente fue acogido por la productora Audiovisuales.
La escogencia de las comunidades migrantes estuvo determinada por su volumen y grado de importancia en la cultura colombiana. Así, Loboguerrero optó por alemanes, japoneses, judíos, musulmanes, sirio-libaneses, españoles, italianos y argentinos, además de un especial con rumanos, húngaros y rusos. Si bien son muchos los extranjeros radicados en Colombia, estas colectividades tienen en común que en la mayoría de los casos salieron de su país natal por problemas políticos, bélicos o religiosos.
Ese es el caso del programa dedicado a los judíos radicados en Bogotá y sus alrededores. Las primeras familias migraron como consecuencia de la Segunda Guerra Mundial y encontraron en Colombia un nuevo hogar. No obstante, el país no siempre los recibió con los brazos abiertos, incluso políticos de alto grado intentaron estigmatizar y censurar su residencia en Colombia. Tal fue el caso de Luis López de Mesa, un médico psiquiatra que se desenvolvió como ministro de relaciones exteriores durante el gobierno de Eduardo Santos (1938-1942) y aprovechó su cargo para intentar truncar la llegada de migrantes judíos al país.
Luis López de Mesa y los judíos en Colombia, Inmigrantes, 1995.
Este científico empezó a elaborar una visión claramente racista del país, mucho antes de ocupar el cargo público. El darwinismo, la eugenesia y el positivismo entraron en escena durante las primeras tres décadas del siglo XX para crear clasificaciones y categorías para la población según su “raza”. López de Mesa se introdujo en esas presunciones y propuso la teoría de la “degeneración de la raza”, según la cual Colombia no progresaba al ritmo de Estados Unidos o países europeos, debido a mezclas étnicas que se habían producido durante el periodo colonial. La llegada de judíos al país, hizo que el político introdujera a estos entre sus hipótesis y manifestó públicamente que era un peligro permitir la permanencia de judíos en Colombia, pues si llegase a haber una unión entre judíos e indios sería el acabose para el desarrollo de la nación.
En ese sentido, la comunidad judía que se asentó en Colombia durante la primera mitad del siglo XX no fue bien recibida y debió sortear toda clase de obstáculos, comenzando por la estigmatización y terminando con la poca valoración de su cultura. No obstante, la serie documental de Loboguerrero, que deseaba denunciar lo hostil que puede ser la sociedad colombiana a la hora de dar albergue a personas de otras nacionalidades, presentó cómo los judíos lograron contribuir significativamente en la cultura colombiana.
Contribuciones judías en Colombia, Inmigrantes, 1995.
Algo similar ocurrió con la comunidad de musulmanes asentada en el Caribe colombiano. Santa Marta, Riohacha, Maicao y San Andrés son algunos de los sitios a los que llegó una importante migración árabe, debido al desplazamiento forzado que han vivido los palestinos por la guerra con Israel.
Causas de la migración palestina en Colombia, programa Inmigrantes, 1995. (Versión sin restaurar).
La situación de violencia que vive el Medio Oriente obligó a muchos musulmanes a buscar un segundo hogar. Quizás las condiciones climáticas y el carisma de sus gentes, logró que los palestinos encontraran en el Caribe colombiano un buen lugar para echar raíces nuevas. Sin embargo, esto no significa que los musulmanes hayan abandonado sus costumbres, sino que a través de la educación y el sostenimiento de sus creencias procuran mantener inalterable su cultura. Las mujeres, por ejemplo, mantienen el uso del hiyab o velo para cubrir su cabeza y cuello, a pesar de las inclemencias del sol; han creado colegios árabes donde se enfatiza en el aprendizaje de la lengua; y las tradiciones maritales se sostienen.
Para la directora Camila Loboguerrero, de las comunidades que tuvo la oportunidad de entrevistar, los judíos y los musulmanes fueron los que se mostraron más cerrados, tratando de evitar que la cultura occidental rompiera con sus tradiciones ancestrales.
A pesar del reto que significó para la cineasta incursionar en esta investigación para la televisión, Loboguerrero logró romper con el esquema tradicional que se imponía hasta el momento en el género documental; un locutor externo era el que presentaba y explicaba los acontecimientos que se estaban ilustrando. Con su experiencia en cine llevada a la pantalla chica, la galardonada directora quiso que se escucharan solamente las voces de los protagonistas. Resolver las inquietudes de por qué salieron de su país natal, cuáles fueron las pericias del viaje y cómo se encuentran al día de hoy era el interés real de la directora, por lo que evitó salir en cámara y prefirió que los testimonios fueran los verdaderos intérpretes de esta serie documental. Así, con un lente gran angular, un trípode baby y filmada desde las mismas casas de los interlocutores, Loboguerrero logró narrar una historia sobre la migración en Colombia. Este significativo aporte la hizo merecedora del premio Simón Bolívar al mejor documental en 1995.
Autora: Viviana Arce