Además, tiene una experiencia de trabajo que rememora su paso por emisoras comerciales de la capital peruana. Algo que labró un camino en aspectos como el uso de recursos, habilidades e intuición sonora. Con su paso por este laboratorio sonoro, sus intereses se han complementado, generando así una búsqueda sonora capaz de registrar el sonido de la ciudad en aspectos como su historia y actualidad.
Al igual que en varios países del continente, Perú no tiene una fonoteca nacional o un archivo público capaz de representar una política pública o una historia local. Las iniciativas que existen alrededor, provienen de ideas privadas de personas o instituciones que en la mayoría de los casos, no suelen conocerse.
Pero no es esto un impedimento o una barrera para generar procesos que poco a poco se han visto referenciados dentro de la comunidad artística peruana y otros contextos de comunicación, ciudad y arte en distintos países. Un punto importante dentro del trabajo de ISONAR es el que nos habla del registro de Lima como realidad sonora; un detalle que no escapa Julio César.
Se constituye así, una experiencia que nutrida además por las propuestas de la Fonoteca Nacional de México y la Fonoteca de Señal Memoria de RTVC, comienza a plantear un método, un proceso y ser el punto de partida de lo que se espera sea un archivo peruano de audio, representativo de una nación con tradiciones indígenas milenarias junto a perspectivas sonoras de reciente generación.
Escuchemos así, a Julio César, contarnos qué significa para él una visita a un lugar del cual suele referirse frecuentemente como inspiración: