Iván Velásquez Gómez, ministro de los derechos humanos | Señal Memoria

Iván Velásquez Gómez
Publicado el Lun, 12/12/2022 - 13:20 HISTORIA Y COYUNTURA POLÍTICA
Iván Velásquez Gómez, ministro de los derechos humanos

Treinta años han pasado desde que un civil asumió por primera vez el cargo de ministro de Defensa, cargo que en su momento correspondió a Rafael Pardo Rueda. Hoy lo ocupa Iván Velásquez Gómez, paisa oriundo de Medellín y nacido a mediados de la década de 1950, cuando precisamente tuvo lugar el único golpe de Estado que Colombia ha registrado recientemente, en esa ocasión por cuenta del general Gustavo Rojas Pinilla.

Quizás haber nacido en esta época lo llevó siempre a defender los valores de la democracia. Fue litigante y director del Colegio Antioqueño de Abogados, desde donde adelantó una campaña contra el entonces denominado Estatuto para la Defensa de la Justicia, que estableció los jueces sin rostro y los testigos secretos.

Durante el Gobierno de César Gaviria (1990-1994) fue Procurador departamental de Antioquia y bajo ese cargo no solo investigó las conexiones políticas de los carteles de la droga en Colombia, sino que también consolidó una Oficina Permanente de Derechos Humanos que atendía las 24 horas las denuncias de graves violaciones de derechos humanos ocurridas en el Valle de Aburrá, la primera oficina de esta naturaleza en Colombia, lo que siempre le acarreó enemigos en distintas orillas ideológicas.

En el gobierno de Ernesto Samper (1994-1998) y en medio del proceso 8.000, llegó a ser el Director Regional de Fiscalías de Medellín, responsabilidad desde la cual asesoró al Fiscal General de la Nación en la formulación de políticas referidas a las funciones de investigación y acusación. Una vez definidas, el propósito era velar por su adecuado cumplimiento, sobre todo en un departamento permeado por el narcotráfico y la violencia.

Ser uno de los directores regionales de la Fiscalía le permitió entender y analizar la dinámica del conflicto, que no solo estaba concentrada en enfrentamientos entre los grupos armados y las fuerzas armadas, sino que también iba mucho más allá. Cuando llegó a ser un magistrado auxiliar de la Corte Suprema, esta le encargó la coordinación de la Comisión de Apoyo Investigativo de la Sala Penal, que tenía por objeto investigar las relaciones entre miembros del Congreso de la República y el paramilitarismo, cuyas consecuencias y resultados hoy en día son motivo de debate.

Estos resultados lo llevaron a recibir en 2011 un premio mundial en derechos humanos otorgado por la International Bar Association (IBA). Un año después la Asociación de Jueces Alemanes lo galardonó como uno de los personajes que había contribuido al mejoramiento de los derechos humanos en el mundo.

Los premios y las menciones lo llevaron a hacer parte de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), desde el 2013 hasta 2019, cuando fue expulsado de manera abrupta por el gobierno de Jimmy Morales. Velásquez fue el tercer comisionado de la CICIG y el primero en liderar casos de tan alto impacto.

Su actuación en Guatemala terminó precipitando la renuncia del presidente Otto Pérez Molina, luego de que la Corte Suprema de Justicia de ese país, “aceptara dar trámite a un solicitud de antejuicio en su contra por acusaciones de corrupción, el Congreso le retirara la inmunidad y se le emitiera una orden de captura”.

De regreso a Colombia, Gustavo Petro siempre consideró su nombre, pues su postura frente a los derechos humanos y la lucha contra la corrupción cobraría especial relevancia a la luz del trabajo que el Gobierno nacional quería adelantar frente a las Fuerzas Militares. Al fin y al cabo, estas no solo manejan el presupuesto más alto de la nación, sino que también cuentan con el monopolio de las armas, con cerca de 500 mil hombres y mujeres en filas.

Su labor estará centrada en recuperar la legitimidad y el valor de las Fuerzas Armadas en el desarrollo de una sociedad socavada por la violencia intrínseca en los diferentes espacios sociales, culturales, económicos de un país como Colombia. Devolverle el reconocimiento a un actor tan importante, parte incluso de reformas como la de la Policía y de convertir esta en un actor civil que garantice el cumplimiento de los derechos humanos de cada ciudadano.

 


Autor: Hugo Fernando Guerra

 

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Fecha de publicación original Lun, 12/12/2022 - 13:20

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