Por:Carlos Fernández
En lo hondo de la casa que da su nombre a La casa grande (1962), novela del escritor colombiano Álvaro Cepeda Samudio (1926-1972), resuena la matanza de un número indeterminado de huelguistas cometida el 6 de diciembre de 1928 en la población de Ciénaga, en el departamento del Magdalena, por un regimiento del Ejército colombiano comandado por el general Carlos Cortés Vargas, facultado con amplios poderes por el gobierno del presidente Miguel Abadía Méndez, quien, a su vez, los obtuvo de la llamada "ley heroica", que declaraba ilegales las huelgas y había sido aprobada recientemente por el Congreso y sancionada por el mismo presidente.
Los trabajadores protestaban por las malas condiciones laborales en la United Fruit Company, empresa norteamericana exportadora de banano que tenía un desproporcionado poder económico y político en la región y se había ganado la fama bien fundada de promover la corrupción en el departamento. Se estima que la compañía tenía a su servicio más de 30.000 trabajadores. Todos se fueron a la huelga enarbolando un pliego de peticiones que incluía, entre otras cosas, la modificación del sistema de contratación y un aumento de los salarios. En el siglo XX, la población laboral cambiaba en Colombia. Muchos campesinos se convirtieron en trabajadores asalariados y, con ellos, irrumpieron en el país las masas obreras, que elevaron reivindicaciones para mejorar sus condiciones laborales. Sus huelgas y movilizaciones, estimuladas por el triunfo de la revolución bolchevique en Rusia, que pasó a llamarse Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, asustaron al gobierno.
En cada protesta, el gobierno veía una insurrección comunista y el arribo de la dictadura del proletariado. Con el auge de los movimientos obreros, se incrementó la persecución oficial a sus líderes. La "ley heroica", sancionada en 1928, aumentó las facultades del gobierno para reprimirlos. Así fue como el general Carlos Cortés Vargas se sintió autorizado para dar la orden de disparar contra los huelguistas, congregados en Ciénaga sin más armas que sus machetes. El fuego indiscriminado, abierto sin que los trabajadores dieran ningún motivo para ello, derribó a hombres, mujeres y niños. La cifra que dio el ejército fue de 9 muertos; la investigación que hizo Jorge Eliécer Gaitán, que viajó a la zona para conocer de primera mano los hechos, arrojó una cifra de, por lo menos, trescientas personas asesinadas, no solo en Ciénaga, sino en Sevilla y Aracataca. Algunos testimonios hablan de más de mil. José Arcadio Segundo, personaje de Cien años de soledad, está convencido de que superaron las tres mil.
En La casa grande, adaptada para la Radiodifusora Nacional de Colombia por Gonzalo Vera Quintana, el padre de una familia poderosa de la zona celebra que el ejército haya matado a los huelguistas. Parece estar aliado con las tropas. Tras la matanza, el odio que el pueblo le tiene al padre supera al miedo. Los hombres ya no contendrán sus manos para vengarse. La presencia de la masacre es recurrente en La casa grande. Todo el mundo comenta por lo bajo la llegada de los soldados y está a la expectativa de lo que harán. Pasados los años, la conmoción por la masacre no desaparece de la memoria de los habitantes de la casa. El odio atraviesa a la familia del padre como la maldición de una tragedia griega y es anterior a la muerte de los trabajadores. El padre representa el poder que no admite rival, ni replica. El radioteatro La casa grande está identificado con el código CD009950 y se puede escuchar en el catálogo en línea de la Fonoteca de Señal Memoria.
Fecha de grabación: desconocida; posiblemente, década del 70 del siglo XX.
Fecha de emisión: desconocida; posiblemente, década del 70 del siglo XX.
Lugar de grabación: Radiodifusora Nacional de Colombia, Bogotá.
Referencias: Departamento del Magdalena, Colombia, 1928
