El joven psiquiatra a cargo descubre en su investigación que Laura está embarazada y que está traumatizada porque ha sido abusada por personas cercanas a su entorno. Después de entrevistar a su familia, desenmascara y denuncia al culpable, quien estaba manejando la conciencia de la paciente, argumentando que era esquizofrénica.
El abuso no suele ser un episodio aislado, sino un proceso que se desarrolla en el tiempo. En un principio el abusador manipula la confianza de la víctima y, a través de la seducción la incita a participar en actividades sexuales en las que éste muestra comportamientos que ocurren normalmente entre dos personas.
Es común que la víctima huya hacia la locura y quede en estado de amnesia, como en el caso de Laura, aunque en este caso, se trata también de una perversión del acto psiquiátrico llamado contra transferencia erótica, que está relacionada con lo que le pasa al psiquiatra con su paciente.
La imagen que utilizamos, corresponde a una campaña contra el abuso sexual en los niños de Casa do Menor titulada “Manos” (Hands), cuyo eslogan es: “ciertas cosas quedan colgadas para siempre.”
La muchacha del río