Los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial fueron tiempos convulsionados en la historia nacional: la muerte de Jorge Eliécer Gaitán y el consecuente recrudecimiento de la violencia bipartidista; el gobierno de Gustavo Rojas Pinilla, la represión y censura que marcaron, para siempre, a la generación de escritores que se congregaron en torno de la importante Revista Mito.
Una de las principales figuras de la revista fue el poeta y político cucuteño Eduardo Cote Lamus, quien en su obra logró plasmar magistralmente el sentimiento de angustia del hombre moderno, de la lucha por ser, buscando un camino en el día a día a través de la destrucción:
Quiero mirar mis ojos y mis manos
y el corazón para medir distancias
y horas, pero solo veo mi sombra
que es mi tiempo perdido que me mira,
implacable, desde su oscuro sitio. [1]
Fragmento del poema La sombra como un dado a las espaldas.
En sus obras Preparación para la Muerte (1950), Sueños (1956), y Estoraques (1963), se desarrolla una constante reflexión sobre la tarea que tiene el poeta ante la palabra. Así, para Cote Lamus, el tiempo y el hombre están unidos de forma inexorable, y el poeta tiene que plasmar la experiencia efímera, los momentos que pasan fugaces.
En las páginas solas de algún libro
alguien (seguramente yo) ha dejado
escrita, para luego destruirla,
una palabra: Muerte. [2]
Fragmento del poema El designio
En su visión del mundo se encuentran constantemente el sufrimiento y la soledad como destino final del hombre, cuya vida sólo existe para desembocar en la muerte.La titánica tarea del poeta es intentar en vano conservar la vida que se va acabando.
En el Archivo Señal Memoria se encuentra el programa De Viva Voz dedicado al poeta y se encuentra en nuestro Catálogo con el consecutivo CD16410-
Eduardo Cote Lamus lee el poema José Asunción Silva
Por: Luisa Mancera