Álvaro José “Joe” Arroyo (1955-2011) representa un punto culminante del desarrollo que tuvo la llamada música tropical en Colombia. Esto se basa en su vínculo con Discos Fuentes, sello primordial para la difusión de las sonoridades del Caribe colombiano. El primer paso del Joe en el sello fue de la mano de Ernesto Estrada “Fruko”, quien a su vez se inició en Los Corraleros de Majagual. Y estos son tres importantes pilares de la historia del sello y la música que mejor lo representa: Los Corraleros de Majagual, Fruko y sus Tesos, Joe Arroyo y su orquesta La Verdad.
La vida convulsionada del cantante barranquillero fue la principal fuente para sus éxitos musicales. Pero también se tuvo su voz con otras temáticas en canciones menos conocidas. La navidad no fue la excepción. Este tema quedó representado en un momento coyuntural de la carrera del Joe. Los sucesos se dieron cuando sus canciones alcanzaron un amplio reconocimiento internacional. Entre otras causas, ello motivo al Joe a no renovar su contrato con Discos Fuentes y aventurarse en el aparataje empresarial de Sony. Con este último sello fueron publicados algunos de los más reconocidos discos de Joe Arroyo en la década de 1990.
Pero antes de ello, ubicado entonces en el límite coyuntural al que llegó aquella primera etapa con Discos Fuentes, Joe Arroyo dejó una huella indeleble. Se trata el disco La guerra de los callados (1991), homónimo con la canción inspirada en la violencia del momento. También están allí las canciones de corte autobiográfico “Te quiero más”, “Teresa vuelve”, “El trato”. Y, en relación con aquellas menos conocidas y de temas más singulares, se incluye “El niño Dios”, canción de Santos Fontalvo.
José Perilla
