Las aventuras de Benjamín Pim Pim | Señal Memoria

Publicado el Mié, 25/09/2013 - 13:00
Las aventuras de Benjamín Pim Pim

1. La finca del tío Gildardo:

Una finca cafetera tradicional que se niega a desaparecer con su tradición cafetera, las formas habituales del cultivo del café y con un propietario que representa a esa generación de pequeños propietarios de la tierra (minifundistas) que vivían de lo que la tierra producía. En este momento se pasa por una etapa de conflicto generacional entre los hijos y el padre (el tío Gildardo) en cuanto a la decisión de conservar la finca tradicional o de cambiar su estilo productivo y su vivienda. Alrededor de ella hay algunas fincas que ya han sufrido esa mutación y otras que están viviéndola. 

 
2. El Cristo y el reloj:
 
 
El templo principal de Quimbaya se engalana con dos monumentos que son tradición y atracción para el nativo y el turista, respectivamente. Es interesante conocer las historias que alrededor de estos dos monumentos emblemas de una localidad se tejen o se han ido tejiendo, sobre todo ahora que el reloj, después de una campaña ardua fue restablecido y funciona nuevamente en un intento por recuperar memoria y costumbre: El reloj de los pobres.
 
 
3. La esquina del movimiento:
 
 
Un lugar de encuentro para degustar café y otros comestibles. Una esquina del parque Bolívar de Quimbaya, el parque principal, se ha ido convirtiendo en un lugar de ventas semi-ambulantes, donde se pueden degustar comestibles de consumo popular entre un quiosco de productos y bebidas de café a otros vehículos de tracción humana que se ubican alrededor de aquél para ofrecer: frutas, helados, dulces, fritos y asados y tinto callejero. Este lugar y sus alrededores se llena de mucha gente y bullicio, sobre todo los fines de semana, y sobre el cual pende un conflicto por el uso del espacio público que amenaza con crecer, a medida que aumenta el número de clientes de estas ventas. 
 
 
4. Crónica 4 Bogas y areneros que cuidan la naturaleza:
 
 
Puerto Alejandría es una vereda de Quimbaya en cuyo caserío atracan las balsas que llegan o parten en el “balsaje” por el río de la vieja, una actividad turística de mucha atracción para los que visitan a Quimbaya. Los conductores de estas balsas se conocen como los “bogas” quienes a la vez trabajan en temporadas bajas de turismo extrayendo manualmente arena del mismo río y han ido aprendiendo el valor que para ellos tiene el cuidado del medio ambiente porque entienden que en ello va, además de su responsabilidad, el mantenimiento de una labor que les genera ingresos extras para su sustento. En este contexto, se respira un ambiente de conflicto por los intereses de mercaderes que han ido ingresando, con mucho riesgo para el medio ambiente, en esta actividad  económica.
 
 
 
 
 
 
 
Fecha de publicación original Mié, 25/09/2013 - 13:00