Los años noventa fueron una década de especial atención en el mundo musical. Lo fueron porque comenzaron con la presencia de los formatos físicos como soporte de la industria. Si bien el vinilo y el casete no representaban los principales ingresos de las compañías, era el disco compacto, introducido en 1983, el que acaparaba la mitad del mercado. Si miramos cuál era la relación de ventas a finales de esa década, el mundo compraba más discos compactos que nunca, pero un agente silencioso estaba haciendo su entrada: la música digital.
Gráfico que muestra la evolución de las ventas discográficas entre 1980 y 2010
El disco compacto se había convertido ya en el artículo más representativo de la industria musical, fuera ella corporativa o independiente. Y es justamente esta situación la que nuestra industria local experimentó en esa década, cuando dejó de producir vinilos, para concentrarse en discos compactos y casetes. Y estos se convirtieron en los estandartes de una generación que creció en una década pasó de tener las referencias culturales del mundo a través de libros, viajes, revistas y películas a tener el mundo en una pantalla a través de la primera etapa de internet.
De aquella década, es importante destacar el empuje y la entrega que las bandas locales tuvieron para presentar sus discos y conciertos en un ambiente que si bien era entusiasta y proclive al talento nacional, no siempre fue el más favorable para la duración y la sostenibilidad de las mismas. Esta misma década logró darle espacios sonoros más grandes al rock, pop, hip hop, metal, tendencias tropicales, reggae, jazz y ska en la capital colombiana.
Y precisamente, el ska, aquella expresión musical originaria de Jamaica llegaba al país y se afincaba en las diferentes ciudades. Nacida en la década de los sesenta, era la muestra de un estilo basado en aspectos del jazz y la música local jamaiquina. Asociada con la festividad, pero también con el reconocimiento de una clase urbana mestiza que trabajaba y disfrutaba de la música, ella tuvo un gran momento en Colombia en esos años.
¿Qué es el ska? (Archivo de 1964)
Fue en esa década que el país comenzó a reconocer artistas como Doctor Krápula, La Sonora Cienfuegos, Desorden Social, La Severa Matacera, Mojiganga, entre otras como exponentes de esta ola sonora. Y dentro de este grupo, cabe destacar a la banda capitalina Los Elefantes. Formados a mediados de la década, llamaron la atención por ser una banda que en sus presentaciones apelaba a ser un conjunto en el que se hacía un llamado a la diversión y el gozo se unía a la expresión sonora del ska.
Pero en ellos se reconocía no solo el interés de tener el ska como base de su trabajo; también expandieron su exploración hacia los sonidos de las naciones balcánicas a través de adaptaciones de temas del yugoeslavo Goran Bregovic. Y es así como en 1999 aparece su primera producción discográfica: Las perolas de Motas.
Bajo este nombre encontramos una producción independiente que recopila los temas que formaban parte de su repertorio sonoro inicial. Dentro de nuestro archivo, le corresponde la entrada en el catálogo correspondiente al CD 2426 y entró a formar parte de los archivos de la Frecuencia Joven de la Radiodifusora Nacional de Colombia en ese mismo año. Posteriormente, con la naciente Radiónica (ahora Señal Radiónica), se convirtió en uno de los referentes de la programación de sonidos nacionales.
Los Elefantes ofrecieron doce temas (once originales y la versión de Kalasnjikov del referido Bregovic) en lo que se convertiría en uno de los estandartes sonoros de la versión local de este estilo musical. En aquella época, la banda conformada por ocho integrantes que se repartían entre voz, teclados, guitarra, teclado, bajo, batería, saxofón, trombón y una distinción es escena que recordaba las bandas británicas de ska de fines de los setenta y ochenta al usar vestidos elegantes o uniformes en el escenario.
Lanzado en 1999, fue unas de las grabaciones que mejor retrataron un momento musical basado en la independencia y en la referencia a uno de los géneros más populares de la época. Grabado en el barrio bogotano de La Soledad (Correspondiente a la localidad 13 de Teusaquillo), con Las perolas de Motas, no solo se estaba escribiendo un capítulo del ska nacional; se estaba cerrando una primera etapa creativa del género que le había permitido ya estar presente en eventos como Rock al Parque, Skalloween y otros festivales. Los Elefantes formaban parte de un conjunto de agrupaciones que habían optado ya por un presentar un disco; justo cuando el mundo empezaba a contemplar la producción digital como una alternativa ante los productos físicos.
Pero otra hubiera sido la historia si este disco no se hubiera grabado en 1999. No estaríamos acá recordándolo y teniéndolo como referencia quince años después. Con él, jóvenes de la época se engancharon aún más con el ska y tuvieron en cuenta su arraigo dentro del país. Sin el esfuerzo independiente de la banda, no tendríamos este documento y no hubiera sido posible así, preservar uno de las producciones que más buscan los coleccionistas de música colombiana.
Los Elefantes
"Las perolas de Motas"
Independiente
1999
Listado de temas:
1. Nuestra granja
2. Don Tomate
3. Boca e´caimán (Ensayo)
4. Boca e´caimán
5. Mi papá es el cómico vinagre
6. Peche (Original Kalasnjikov de Goran Bregovic)
7. No tomo ron
8. La sapo rita
9. La bemba
10. Los Gasca Brothers
11. Nuestra granja
12. El robo de las sandías
Los Elefantes: Boca e´caimán
)
Don Tomate
Peche
Los Gasca Brothers