El comienzo de los años 40 en Colombia vio nacer las carreras automovilísticas como uno de los eventos deportivos de mayor atracción para todos los públicos. Circuitos locales urbanos y competencias nacionales como el Circuito Central Colombiano, marcaron el comienzo de una afición por los carros y la velocidad, registrada en los documentos audiovisuales de la naciente televisión nacional.
El martes 19 de abril de 1949 los viajeros terrestres entre Bogotá y Manizales vieron paralizado su desplazamiento por un acontecimiento sin precedentes en la historia nacional. La vía entre las dos importantes ciudades estaría ocupada por 22 bólidos que se disputarían los lugares de honor en una carrera automovilística de más de 400 kilómetros de recorrido. Se daba así comienzo al primer Circuito Central Colombiano, competencia inédita dentro de los eventos deportivos nacionales. Señal Memoria guarda un registro audiovisual de esta competencia durante una de sus ediciones en la década de los años 60, filmado en formato cinematográfico de 16 mm.
El Automóvil Club de Colombia fue el organizador del evento cuya realización continuó por varios años hasta 1967 cuando las autoridades prohibieron el cierre de carreteras nacionales, así como de trazados locales y circuitos urbanos para competencias de este tipo. El Circuito Central Colombiano, por ejemplo, requería del cierre de tramos entre Medellín, Cali, Manizales y Bogotá, durante la mayor parte del día, lo que implicaba no sólo una parálisis de las actividades de la vía, sino un riesgo para para las personas alrededor de las mismas, ante la temeridad de los conductores de los vehículos en competencia y los riesgos propios de una competencia de velocidad.
Junto a la Vuelta a Colombia en bicicleta, las carreras automoviliarias, como se denominaron en su momento estas competencias, fueron de acogida multitudinaria dentro de la afición colombiana. Las largadas y llegadas a las ciudades capitales se convirtieron en verdaderas celebraciones a las que acudían autoridades, personalidades locales, reinas y todo tipo de aficionados. En Bogotá, se acostumbraba realizar un desfile de los vehículos participantes por el centro histórico y zonas aledañas un día antes del comienzo de la prueba, y la largada desde Muzú al sur de la ciudad.
Aunque el Circuito Central Colombiano tuvo una importancia mayúscula dentro de las competencias automovilísticas en el país, no fue la única carrera durante el comienzo de este deporte en el país. En 1941 el Automóvil Club de Colombia, realizó la primera carrera de autos en un tramo doble Bogotá-Cali-Bogotá, cuyo ganador fue premiado por el presidente Eduardo Santos (1938-1942), a su llegada al estadio Nemesio Camacho El Campín.
Otras carreras como las 500 millas colombianas, la doble a Sogamoso, la Medellín-Manizales o el circuito urbano de San Diego en Bogotá, ya eran reconocidas dentro del calendario automovilístico nacional a partir de la década de los años 50. De igual manera el célebre Gran Premio de la América del Sur, el cual partía desde Buenos Aires y tenía como meta Caracas, atravesó todo el centro del país en 1948, con el gran atractivo de contar dentro de sus competidores con los célebres pilotos argentinos Oscar y Juan Gálvez y la estrella mundial Juan Manuel Fangio.
El presente documento audiovisual de Señal Memoria registra la importancia de estas competencias automovilísticas nacionales donde participan destacados pilotos colombianos como Artejo Tremos Marín en su vehículo No. 9, el campeón nacional Italo Salamina Varela con el No. 26 y Roberto Seidner con el No. 24, de gran actuación en la Carrera Internacional Grancolombiana Quito – Bogotá – Caracas. Todos ellos preparados en línea de meta para partir en una largada individual con algunos segundos de diferencia entre cada competidor.