Memorias del Saber Hacer | Señal Memoria

Publicado el Vie, 09/03/2012 - 16:54 Vida cotidiana
Memorias del Saber Hacer

El encuentro convocó a cerca de 170 personas de diversas nacionalidades y saberes –tanto artísticos como académicos- para hablar sobre los patrimonios inmateriales de sus países.

Mompox inmaterial

En las mañanas, los participantes discutieron sobre el patrimonio inmaterial y su salvaguardia; en las noches, los artistas de la música y la danza tradicionales, vivas y cambiantes de Latinoamérica y España difundieron ese patrimonio en espectáculos al aire libre. Todos los medios días, ese patrimonio fue saboreado y digerido en largas mesas servidas con comidas que tenían la facultad de sorprender a muchos de los participantes. Mientras la mayoría debatía en foros académicos o enseñaba sus artes en talleres gratuitos, en la Escuela Taller de Santa Cruz de Mompox se reunían cocineros de regiones tan diversas como Cereté, el Pacífico colombiano, los llanos orientales, Austria y las islas caribeñas de San Andrés y Providencia, para preparar el almuerzo con una sazón depurada por años de práctica.

Hacia las seis de la tarde, en la plaza de Santo Domingo comenzaba a sonar una marimba del Pacífico sur de Colombia o un requinto del estado mejicano de Veracruz o el vigoroso zapateo de una bailarina andaluza o las voces de un conjunto venezolano o los instrumentos de un grupo de músicos indígenas del departamento de Nariño. Si bien el público se apretujaba con más pasión contra el tablado cuando la bailarina de flamenco desplegaba el abanico andaluz y hacía resonar el suelo de madera, no era escasa su admiración cuando los indígenas de Nariño rasgaban sus instrumentos de cuerda o cuando los bailarines de Santander, como elegantes figuras de una cajita de música, giraban y se cortejaban en el escenario.

El Encuentro invitó a reflexionar sobre  cuestiones interesantes y complejas. Por ejemplo, al declarar patrimonio una determinada manifestación cultural, ¿acaso no se corre el riesgo de congelar esa manifestación imponiéndole formas que la limitan y constriñen? Las manifestaciones culturales están vivas y cambian con el tiempo porque el mundo que interpretan – aquel en que tienen sentido- también cambia. ¿Hasta qué punto una danza puede cambiar y adaptarse sin complejos a los tiempos que corren sin perder su identidad? ¿Y qué es la identidad y en dónde reside?

Fecha de publicación original Vie, 09/03/2012 - 16:54