Por: Claudia Bautista
Orgullosas de ser mujeres campesinas, las socias de A.V.C. se enfrentaron al rol femenino tradicional para recuperar su orgullo y enriquecer a su región.
Fundada a finales de los años setentas, con el impulso de una ONG que trabajaba por mejorar la salud de las mujeres en Colombia, la Asociación de Veredas de La Calera, A.V.C., agrupa a muchas mujeres de la región que comprendieron que la producción comunitaria es la clave para recuperar el amor por el campo.
En una época en que las mujeres no salían solas, un grupo de campesinas empezó a salir a escondidas, una tarde cada quince días, para capacitarse y soñar con un futuro para sus hijos y nietos que les permitiera permanecer en su tierra, en contraste con la creciente tendencia a migrar a las ciudades.
Observando su entorno descubrieron que las ovejas estaban desapareciendo del paisaje y decidieron apostar por las viejas tradiciones de sus abuelas y madres, convencieron a sus esposos de criarlas nuevamente en sus fincas y recuperaron los conocimientos ancestrales asociados al tejido con lana virgen.
Esquilar, hilar, teñir y tejer a la antigua se convirtieron en sus armas para luchar contra la pobreza y recuperar el orgullo de ser campesinas y para 2001, año en que protagonizaron un episodio de la serie “Manos a la obra”, A.V.C. contaba con 60 asociadas y se había convertido en el motor de múltiples proyectos productivos, respetuosos con el medio ambiente, liderados por mujeres y jóvenes de su región.
Este programa documental que da cuenta de lo que hasta entonces eran 24 años de arduo trabajo femenino es parte del patrimonio audiovisual de los colombianos que se conserva en el Archivo Señal Memoria.
