En el día del Sagrado Corazón el Archivo Señal Memoria encontró en sus documentos dos referencias musicales que nos hablan de esta figura.
El 6 de junio se celebra en Colombia el día del Sagrado Corazón y a riesgo de ser herejes, en Señal Memoria haremos un paralelo musical entre una visión tradicional y una más juvenil de este símbolo.
Una buena y otra mala. Que entre el diablo y escoja cual es su preferida.
Una versión está a cargo del grupo de punk bogotano La Pestilencia y la otra, más “Pia”, si se quiere utilizar ese adjetivo propio de las personas piadosas, del oratorio Christus del compositor húngaro del siglo XIX Franz Liszt.
Para comenzar hay que tener en cuenta que la figura del Sagrado Corazón ha sido un símbolo cívico y religioso de gran importancia social en Colombia. Su imagen simboliza lo bueno y lo malo que ha habido en nuestra sociedad. Desde 1902 hasta 1994 al país se le consagraba a la figura del Corazón de Jesús como garante de la conciliación entre los dos partidos políticos y garante de la gestión del Estado a favor de la paz. Se convierte en símbolo nacional, en patrimonio de todos.
Como símbolo nacional, por supuesto, tenía sus labores, bien especificadas, tal como nos dice el expresidente Guillermo León Valencia durante su alocución del II Centenario de la Celebración del Corazón de Jesús a nivel mundial.
Guillermo León Valencia – 25 de junio de 1965
Ciertamente manifestación musical de esta devoción es la obra del húngaro Franz Liszt. Un compositor que era equiparable a una estrella de rock pero que en sus últimos años de vida se volvió piadoso y eso se ve en sus obras. En los documentos que reposan en el Archivo Señal Memoria encontramos esta grabación de su raramente interpretado oratorio Christus.
Liszt – Christus – Resurrexit - Antal Dorati
Los años pasaron y la figura de Cristo Rey seguía reinando sobre Colombia. No obstante, los cambios en la sociedad, la caída del comunismo y las nuevas formas de pensar el mundo desarrolladas a partir de los 60 hicieron que la percepción frente a la religión fuera cambiando también. Los jóvenes del 65 no eran los mismos de los 90 y para ellos existía otra realidad que la religión no alcanzaba a cubrir.
En 1994 la Corte Constitucional declaró inexequible el artículo que ordenaba la renovación anual de la Consagración del País al Sagrado Corazón por parte del Presidente de la República o su delegado. A partir de Ernesto Samper, esta ceremonia llevada a cabo por los presidentes desde 1902, no se volvería a llevar a cabo.
Por supuesto símbolo de estos cambios también se llevaron a las artes, una de ellas la música. Muchos años atrás habría sido imposible prensar un disco como Balística de La Pestilencia, con una canción como El país del Sagrado Corazón, con la virulencia, contundencia y crítica social presente en su letra:
La Pestilencia – El País del Sagrado Corazón