En 1968, el Santos de Pelé se preparaba para cumplir otro de sus compromisos internacionales. La cita era en El Campín para enfrentar al ‘Peixe’ contra la selección de Colombia. Pero una sucesión de hechos que involucraron al juez Guillermo “Chato” Velásquez, hizo que esta noche fuera excepcional: Pelé expulsado y luego rehabilitado por aclamación del público, un árbitro ofendido que se retiró del juego y unos agentes que detuvieron al ‘crack’ brasileño al final del encuentro para iniciar un partido mucho más intenso en una estación de policía.
Caicedo, Juan Harvey (locutor). (1959). Noticiero Deportivo Casa Olímpica. Colombia: HJCK. Archivo Señal Memoria, HJCK-DGW-072289-01
A finales de los años sesenta el Santos de Pelé llevaba una década ganándose el reconocimiento del mundo futbolero. Primero fue gracias al magnífico Mundial que, con apenas 17 años, había hecho Pelé junto con la selección brasileña campeona en Suecia. Por su parte, con su club ‘alvinegro’ venía de ganar siete campeonatos paulistas, cinco títulos consecutivos de primera división de Brasil, dos Copas Libertadores y dos intercontinentales (su selección ‘auriverde’ ya había ganado también el Mundial de 1962, pese a una temprana lesión suya en el torneo). Para ese momento, el Santos hacía frecuentes giras internacionales de partidos amistosos, que incluyeron ciudades colombianas en 1960, 1961 y 1967. Acá recordamos la derrota contra el Millonarios dirigido por Rossi y el sufrido empate en “el Romelio” contra el Junior capitaneado por Segrera. El cuadro blanco luego volvería en 1970, 1971 y 1972.
Y así llegamos al surreal 17 de julio de 1968, cuando el Santos fue invitado a Colombia para jugar en El Campín contra la selección juvenil que se preparaba para los Juegos Olímpicos que iban a disputarse en octubre en Ciudad de México. Entre los colombianos había futuras leyendas de nuestro fútbol como Otoniel Quintana, Alfredo Arango y Gabriel Berdugo. Por su parte y además de Pelé, el Santos llegaba armado con Clodoaldo, Edu y Carlos Alberto, dos años después convocados a la selección brasileña que fue campeona de uno de los más recordados mundiales de la historia.
El comisario Isaac Cadena (izq.) lee la disculpa que le ofrecen los jugadores del Santos al juez Guillermo Velásquez. (1968). Colección familia Cardona Cadena
Pelé expulsado en Colombia
El suceso luego fue recitado casi de memoria por generaciones de futboleros. Ante cincuenta mil aficionados, Arango abrió el marcador para Colombia, en una acción que fue protestada por Lima, capitán del Santos, valiéndole su expulsión. Minutos después, Pelé pidió un penal que no le fue concedido por el juez Guillermo “Chato” Velásquez, así que “el Rey” lo insultó con tan mala suerte que este le entendió y también lo expulsó (a pesar de que le habló en portugués, o en “brasilero”, como diría años después en una entrevista). Y fue entonces cuando se armó la tángana: todo el equipo paulista se fue a golpear al árbitro pereirano, que terminó con el ojo negro, mientras el público protestaba por el retiro del astro que venían a ver.
Los empresarios que organizaron el juego decidieron volver a meter a Pelé a la cancha, con la correspondiente protesta del “Chato” y su retiro del estadio (era la primera vez en la historia, al menos en Colombia, que se veía un partido donde el expulsado terminaba siendo el árbitro). Terminó como central el asistente Ómar Delgado y como juez de línea el chileno Mario Canessa, que coincidencialmente estaba de espectador, oficiando de saco y corbata y con un pañuelo como banderín. Al final el Santos ganó 4-2, pero eso tal vez ya no le importaba a nadie.
El comisario Isaac Cadena (izq.) lee la disculpa que le ofrecen los jugadores del Santos al juez Guillermo Velásquez. (1968). Colección familia Cardona Cadena
Pelé detenido en Colombia
En el camerino a los jugadores del Santos los esperaba la policía, pues el ciudadano colombiano Guillermo Velásquez los había demandado por lesiones personales en la XIII Estación de Policía de Bogotá (la misma que aún funciona sobre la Carrera 13 con Calle 40). Ante el denuncio y cumpliendo su deber, el comisario de turno, Isaac Cadena Medina, había ordenado comparecer a todos los futbolistas para establecer quién había agredido al juez, incluyendo al ciudadano brasileño Edson Arantes do Nascimento, es decir Pelé. Durante dos horas estuvieron detenidos en la estación. Pelé, aprovechando su carisma y liderazgo en el equipo, trató de calmar los ánimos y proponer una conciliación al comisario.
Los abogados de Velásquez pidieron una indemnización por los partidos que este no podía pitar por incapacidad, mientras el árbitro pedía una disculpa por escrito de los jugadores, la cual ayudó a redactar el comisario. Al final, quedó una anécdota surrealista, recuerdos para el mundo del fútbol y, por supuesto, para las familias de los implicados. Tanto, que cuando don Isaac Cadena murió en Sincelejo en 2007, Hernán Peláez lo recordó en ‘El Pulso del Fútbol’ de Caracol Radio como “la única persona capaz de meter preso a Pelé”. Hoy ya tampoco están entre nosotros El Chato ni El Rey.
Agradecemos el testimonio de la historiadora Juliana Cardona, nieta de don Isaac Cadena, y la gestión de materiales de archivo del historiador de Señal Memoria Javier Hernández.
Autor: Felipe Arias Escobar