¿Qué tienen en común las fiestas de 15 y los nazis? | Señal Memoria

Johann Straus, nazismo y fiestas de 15
Publicado el Lun, 13/03/2017 - 19:20 Artes y oficios
¿Qué tienen en común las fiestas de 15 y los nazis?

¿Por qué la música de Strauss? ¿Dónde sonaron y suenan sus valses? ¿Para qué fueron usados? El Archivo Señal Memoria tiene las respuestas

¿Por qué la música de Johann Strauss? 

La música de Johann Strauss, hijo, es gustadora, ligera y fue muy popular en la Viena del siglo 19 (XIX). El vals por ejemplo reflejó toda la alegría de una sociedad marcada por el optimismo propio del auge del Imperio Austro-húngaro y su capital como uno de los centros culturales de Europa.

El vals representó una sociedad llena de glamour, sin preocupaciones, de grandes bailes, animados por la orquesta de Strauss. Los grandes salones de baile eran los sitios de rumba frecuentados por todo aquel “que era alguien” dentro de esa sociedad.

Johann Strauss II - Vino, mujeres y canto Op. 333 – André Rieu

Casi 100 años después, y ya fallecido el compositor, la popularidad del vals no se había marchitado. Una de las razones era la evocación de esa vida despreocupada y feliz, que gozaron algunos habitantes de Europa, y que se prolongó incluso después de la Primera Guerra Mundial en 1919.

Johann Strauss II - Voces de primavera Op. 410 – André Rieu


¿Dónde sonaron y suenan los valses de Strauss?¿Para qué fueron usados?

El Bello Danubio Azul es el vals más popular en la historia de la música. Lo compuso Strauss, hijo, en 1866, a partir de un poema homónimo inspirado en el río Danubio, el segundo más largo de Europa. Actualmente es la obra que se baila en muchas fiestas de 15 años y uno que otro matrimonio.

Johann Strauss II - El Danubio azul Op. 164 – André Rieu

Los valses de Strauss también sonaron en los campos de concentración nazis, durante la Segunda Guerra Mundial. Su función: generar una sensación de tranquilidad en los deportados judíos, gitanos y homosexuales, de todas las edades, que perecieron en estos sitios de exterminio humano. Cada campo debía conformar su propia orquesta, cuyos miembros eran los mismos prisioneros seleccionados entre los muchos que iban llegando y que tenían habilidades musicales.

Johann Strauss II - Una vida de artista Op. 316 – Klaus Arp


 
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Por: Javier Hernández Cruz

 
Fecha de publicación original Lun, 13/03/2017 - 19:20

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