Además de contarles a los niños cómo se hacían los sonidos en los viejos dramatizados radiales, la presentación de la mesa le dio relevancia al sonido como materia narrativa. El conductor del taller, integrante del equipo de la Fonoteca de RTVC, invitó a los niños a oír con los ojos cerrados los sonidos de la mesa y a contar qué oían. Una y otra vez, con intensidad creciente, el tallerista abrió y cerró una ventana, y los niños dijeron que oían una ventana, cosa muy natural, porque de una ventana se espera que suene como una ventana, pero ese cristal generó algo más: caras expectantes de los niños, que apretaban los ojos y estiraban los labios para que el siguiente estrépito, que seguramente sería más inquietante que el anterior, no los tomara por sorpresa. Esta expectativa creada con un sonido familiar es ya un producto del potencial narrativo de los sonidos. Otras cosas sonaron a lo que son y a lo que no son: el tallerista regó piedras en una tabla y los niños, además de oír piedras, oyeron agua. Al abrir y cerrar la persiana de la mesa, uno de ellos oyó raspar un queso y otros, las revoluciones del motor de un carro que se enciende. Al desplazar unos cocos partidos por la mitad sobre la gravilla, oyeron moler vidrio y galopar caballos.
Publicado el Mié, 27/03/2013 - 12:50
Poblaciones
Que todo suene: haciendo efectos sonoros con 125 niños y niñas
Ojos cerrados - Oídos despiertos
Presentadas las virtudes plásticas de los sonidos, que generan elementos líquidos, como el agua, a partir de objetos sólidos, como las piedras, y que crean caballos y carros sin necesidad de que unos y otros estén presentes, el tallerista invitó a varios niños a pasar al frente, tomar los micrófonos y los objetos sonoros de la mesa, sacar sus voces e improvisar una narración. Aprovechó el ejercicio para mostrarles la importancia de hilar armónicamente los sonidos, aunque estos sean los del mayor desorden imaginable. Es decir, les presentó el lenguaje de señas y la función del director, que levantando o bajando un brazo, pide a los actores del dramatizado elevar o disminuir el volumen, la velocidad o la intensidad de sus interpretaciones. El resultado fue una secuencia de sonidos que concluyó con un diálogo entre las voces de los niños actores que estaban en el escenario y las voces de sus cientos de compañeros, que estaban en las sillas del auditorio.
Y así empezó esta historia....
El tallerista les dijo a los niños que, si bien, hoy habían hecho los sonidos con los objetos físicos de la mesa sonora, estos también se pueden captar y reproducir con una grabadora o descargarse de los bancos sonoros de la web. No importa de dónde provengan, sino las historias que se pueden contar con ellos.
Así se hacían los efectos sonoros en la radio
Concluido el taller de efectos de sonido radiales, Señal Colombia les presentó a los niños un divertido capítulo de El Show de Perico en el que se debaten opiniones y puntos de vista diversos y contradictorios sobre una cuestión que atañe a educadores, padres, niños, medios y creadores.
Esta sesión, dedicada a las comunicaciones radial, televisiva y virtual, fue organizada por la Fundación Urbe Caminante http://urbecaminante.org/ , la Oficina de Divulgación y Prensa de RTVC, La Fonoteca de RTVC y Señal Colombia.
Fecha de publicación original Mié, 27/03/2013 - 12:50