Ya había pasado un mes desde que Colombia había declinado su aspiración a la realización del Mundial de Fútbol, cuando el presidente Belisario Betancur (1982-1986) recibió a su homólogo Ronald Reagan (1981-1989) en su visita de Estado a Colombia, la cual buscaba “alinear” a nuestro país con la doctrina norteamericana de lucha contra las guerrillas y el narcotráfico. Sin embargo, Betancur sorprendió con un discurso que hizo cambiar lo inicialmente previsto por el presidente norteamericano.
Ronald Reagan (1911-2004) se convirtió el 3 de diciembre de 1982 en el cuarto presidente norteamericano que visitaba Colombia, trayendo un mensaje de invitación a que el gobierno de Betancur se uniese a la lucha contra el comunismo y la lucha por la liberación de varios países centroamericanos, que en su visión estaban bajo “fuerzas externas.”
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La llegada de Reagan
Las imágenes de Señal Memoria describen el arribo a Colombia del presidente norteamericano, que en ese entonces tenía 71 años. Era la culminación de una gira diplomática que había empezado en marzo de 1982 en las Antillas, abarcando varios países de Centroamérica, Brasil y Colombia.
Instituto Nacional de Radio y Televisión - Inravisión (Productor). (1982). Visita de Estado de Ronald Reagan a Colombia [Colombia y el Mundo]. Colombia: RTVC Sistema de Medios Públicos. Archivo Señal Memoria, UMT-207357
En imágenes se observa la plataforma de llegada al Aeropuerto Internacional El Dorado, donde esperaba la comitiva encabezada por el ministro de Defensa, Miguel Vega Uribe, el presidente Belisario Betancur y el comandante del Ejército, general Bernardo Lema Henao. Como dato curioso la visita tuvo, además de protesta, la presencia de la limusina presidencial que se desplazó desde la plaza de Bolívar hasta la Casa de Nariño, en un recorrido de no más de 200 metros.
Instituto Nacional de Radio y Televisión - Inravisión (Productor). (1982). Visita de Estado de Ronald Reagan a Colombia [Colombia y el Mundo]. Colombia: RTVC Sistema de Medios Públicos. Archivo Señal Memoria, UMT-207357
El discurso de Betancur
Presionado por la crisis económica, la deuda y el creciente conflicto armado, Betancur indicó en su discurso oficial, acompañado de un brindis en homenaje a la visita de Estado a la Casa de Nariño, que “Suramérica vive la peor crisis de los últimos cincuenta años, con el 30% de desempleo, 300.000 millones de dólares de deuda exterior y descenso de la renta per cápita, mientras, cada minuto, un mundo enloquecido gasta un millón de dólares en armarse para la muerte”.
En seguida Betancur insistió en que la doctrina Reagan debería ir en la misma línea de la propuesta por John F. Kennedy, que en su visita a Colombia a comienzos de los años sesenta, abrió la Alianza para el Progreso encaminada a “canalizar la ayuda externa”. Y continuó su discurso advirtiendo que las relaciones internacionales deben ser un “esfuerzo conjunto para contribuir a la paz política para una América Central que se ha convertido en luchas de propios y extraños”, puntualizó.
En su habilidad discursiva Betancur finalizó su intervención evocando la figura de Simón Bolívar y preguntando a los asistentes: “¿puede vivir alguien sin esperanza?” De esta manera pidió a Reagan un “plan de emergencia” para Latinoamérica.
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La doctrina Reagan
La respuesta de quien una vez fue actor de Hollywood, tuvo que ser ajustada por sus asesores en la medida en la que Betancur pronunciaba su discurso, pues se vio obligado a incluir franqueza e incluso algo de informalidad en sus palabras, afirmando categóricamente que “Centroamérica sufre las consecuencias de una economía arrasada y una insurrección apoyada por fuerzas externas”, y que una de las soluciones que pondrían fin al comunismo de los ochenta, consistiría en un plan basado en tres pilares: reducción y control de armas, salida de todas las fuerzas extranjeras, y cooperación económica basada en el plan estadounidense para el Caribe y Centroamérica. Cuestión que haría que la postura de Colombia frente a los Estados Unidos acercara al presidente Betancur a oficializar su participación en el Movimiento de los No Alineados.
Colombia y los No Alineados
El Movimiento de los Países No Alineados (NOAL) es un foro de concertación política para los países del sur, que tuvo como antecedente inmediato los diez Principios de Bandung, en 1955. Colombia ingresó al Movimiento en calidad de observador en 1974 y se hizo miembro permanente en 1983, curiosamente en medio del mandato de un presidente conservador como Betancur, lo que por supuesto le trajo muchos detractores al interior del propio gobierno.
En varios análisis académicos como el de Macías, se afirma que “las Fuerzas Armadas no sólo no estaban de acuerdo con las acciones que realizaba el gobierno de Belisario, sino que además manifestaron su desacato a las mismas, por ejemplo, al mencionar que no aceptarían el cese al fuego que parte de la base del cese de actividades hostiles por parte de los dos actores o bandos; además, dejaban en claro que no sólo estaban en contra de estos grupos armados, sino que no permitirían que el comunismo se apodere de las instituciones estatales o del poder”.
Una década después, entre 1995 y 1998, Colombia tuvo la presidencia del Movimiento NOAL, cuando Ernesto Samper (1994-1998) era el primer mandatario de los colombianos y sostenía acercamientos con los grupos armados para lograr la paz, tal como Betancur lo quiso en su momento, bajo la consigna de una apertura democrática a los actores del conflicto. Cuestión que no tuvo eco dada las circunstancias políticas de cada uno de los mandatos.
Como se afirma en otro artículo de Señal Memoria, desde su inicios, por allá en 1822, “las relaciones bilaterales entre Colombia y Estados Unidos cuentan con 200 años de tratados, negociaciones y, en ocasiones, crisis”. La visita de Reagan, que se recuerda hoy, fue la idea de unos presidentes que a pesar de uno ser conservador y el otro republicano, concebían la idea de la paz como un fin político y estratégico, según los intereses de cada nación.
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Autor: Hugo Fernando Guerra
