La Ruta Libertadora de 1819 demostró la hazaña de los soldados patriotas, que, a pesar de provenir de los llanos, atravesaron el páramo de Pisba para sorprender a las tropas realistas. Esta travesía contó con el respaldo del pueblo de Socha, que, gracias a su sacerdote, donó ropa y comida a los hombres que luego ganarían la Batalla de Boyacá. Dicha anécdota fue representada en tres oportunidades por los seriados de Revivamos Nuestra Historia.
Revivamos Nuestra Historia fue una saga realizada por Producciones Eduardo Lemaitre con colaboración de Promec Televisión, que se mantuvo al aire desde 1979 hasta 1987. El propósito del dramatizado era llevar a la pantalla chica distintas historias pasadas, rescatando principalmente el género biográfico. Sus tres primeros seriados: José María Córdova (1979), Panamá y su separación de Colombia (1980) y Pedro Claver, el esclavo de los esclavos (1980) fueron grabadas en blanco y negro. Todas las demás —comenzando por Bolívar, el hombre de las dificultades (1981) y concluyendo con Escorpión (1987) — gozaron de la televisión a colores. Además, estas teleseries comenzaron a emitirse en horario “prime-time”, buscando llegar a un público más amplio.
El creador de la serie fue el cartagenero Eduardo Lemaitre (1914-1994), quien escribió biografías y libros históricos entre la década del cincuenta y los noventa, convirtiéndose la mayoría de ellos en la materia prima de los libretos que Carlos José Reyes, Fernando Soto Aparicio, Pablo Rueda Arciniegas, Jimmy Méndez o Lisandro Duque Naranjo tradujeron al lenguaje audiovisual; bajo la dirección de Jorge Alí Triana, Jaime Velásquez, Alberto Upegui Acevedo, Salvo Basile, Julio César Luna o Julio Luzardo.
En la serie podemos encontrar dos tendencias en lo referente a la evocación del pasado. Por un lado, estuvo el interés de narrar la vida y acciones de recordadas figuras históricas y, por el otro, la teleserie se enfocó en traer a la memoria relevantes sucesos nacionales, tales como las revueltas de los comuneros en el siglo XVIII o la pérdida de Panamá.
Las figuras religiosas tampoco pasaron desapercibas durante los diferentes seriados del programa, al punto de que Pedro Claver contó con un dramatizado de veintiún capítulos; y el arzobispo y también virrey Antonio Caballero y Góngora gozó de cierta popularidad en algunos episodios de las miniseries Los Comuneros y Centenario de la Constitución.
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Pero hay un acontecimiento que parece haber llamado principalmente la atención de los realizadores de la serie: se trata del supuesto fervor patriótico que expresó la población de Socha con la Ruta Libertadora, luego de cruzar con éxito el paso por el Páramo de Pisba.
Según la tradición, en 1819, el párroco y el alcalde de Socha, al percatarse de las condiciones de las tropas patriotas luego de atravesar el Páramo de Pisba, obligaron a los vecinos de la ciudad a entregar sus ropas para vestir a los soldados que se dirigían hacia la capital del virreinato. El relato parece tener su origen en el presbítero Olegario Albarracín (1881-?), quien se desempeñó como canónigo de la catedral de Tunja y fue rector del Colegio de Boyacá entre 1933 y 1934. Referenciando a Albarracín, el canónigo Cayo Leonidas Peñuela (1864-1946) aseguró en el Álbum de Boyacá que:
“El 2 de julio de 1819 los patriotas cura y alcalde de Socha, doctor Tomás José Romero y don José Ignacio Sarmiento, supieron el arribo de la vanguardia del ejército libertador a la Laja de Pisba y el estado de absoluta desnudez de los soldados. […] [Así,] recurrieron al expediente de convocar a todo el pueblo para una gran fiesta que se celebraría el domingo 4 de julio. Cuando todos los vecinos del pueblo estaban en el templo, con soldados de la división Santander pusieron guardias en todas las puertas, y obligaron a los concurrentes a que dejara cada uno lo que no le sirviera para no salir totalmente en cueros. A los hombres se les quitó el sombrero, la ruana, la camisa, y a los que tenían buenos calzoncillos, los pantalones. A las mujeres, los sombreros, las ruanas o las camisas (perdonémosles a esos benditos patriotas semejante pecado contra el decoro) y las alpargatas”.
No obstante, no hay ninguna evidencia empírica que demuestre que este hecho realmente ocurrió. Olegario Albarracín no dejó publicado su texto en vida, lo único impreso a su nombre es un anecdotario de Unos días en Tierra Santa, por lo que no sabemos de dónde obtuvo la información sobre este curioso acontecimiento. Todos los demás historiadores que relatan este hecho se han basado en las afirmaciones de Cayo Leonidas Peñuela, sin entrar a verificar si dichos sucesos realmente tuvieron lugar.
Para la televisión no importa si este hecho realmente ocurrió, la descripción del presbítero Olegario Albarracín, recuperado por Cayo Leonidas Peñuela, es suficientemente rica para que haya llamado la atención de los realizadores de Revivamos Nuestra Historia. El primer seriado que trajo a colación esta anécdota fue José María Córdova, donde la escena transcurre a las afueras de un templo y el sacerdote que invita a donar ropa para las tropas está vestido con traje franciscano.
Triana, Jorge Alí (director). (1979). Colección Revivamos Nuestra Historia. José María Córdova: Capítulo V - Una campaña contra lo imposible. Bogotá D. C: Promec Televisión; Producciones Eduardo Lemaitre. Archivo Señal Memoria, VR-UMT-216840
Seguramente pocos recordarán que, por medidas establecidas en el Concilio de Trento, para esa época, la misa se daba en latín y de espaldas al público. Lo que significa que la feligresía no entendía nada de lo que el cura decía durante la liturgia. No obstante, existía un momento en el cual el clérigo hablaba de frente y en español: la proclamación del sermón. De ahí que existieran tratados para que los sacerdotes dieran sermones persuasivos que garantizaran que sus palabras quedaran impregnadas de manera permanente en las mentes de los fieles.
Es por estos motivos que el seriado Bolívar, el hombre de las dificultades representó de manera más fidedigna lo que pudo haber ocurrido aquel 4 de julio de 1819, luego de que los soldados patriotas llegaran al pueblo de Socha.
Triana, Jorge Alí (director). (1981). Colección Revivamos Nuestra Historia. Bolívar, el hombre de las dificultades: Capítulo XXII - De Vargas a Boyacá. Bogotá-Colombia; Guayaquil-Ecuador. Promec Televisión; Producciones Eduardo Lemaitre. Archivo Señal Memoria, BTCDX64-703049B
Revivamos Nuestra Historia, además de las miniseries, realizó un especial de un capítulo llamado Boyacá, con el cual se trató de representar toda la hazaña que llevaría a que el 7 de agosto de 1819 se consiguiera la victoria de los ejércitos libertadores en contra de los ejércitos monárquicos, logrando que el virrey Juan Sámano huyera de Santafé. Este episodio, por supuesto, tampoco podía pasar por alto la anécdota del padre de Socha, usando en esta oportunidad las dotes actorales de Saín Castro.
Triana, Jorge Alí (director). (1985). Colección Revivamos Nuestra Historia. Boyacá. Bogotá, D.C. Promec Televisión; Producciones Eduardo Lemaitre. Archivo Señal Memoria, UMT-216921
Con esta escena reiterativa en tres de los programas de Revivamos Nuestra Historia se aprecia la intención de los productores del seriado de representar la importancia que jugaron los sacerdotes durante el periodo de la Independencia. Aunque la escena presenta el anhelo de un sector del clero de apostarle a un proyecto republicano, no deja ver todos los avatares que debieron sortear los curas y religiosos a la hora de desligarse de la Corona española. Al parecer, más que un deseo férreo de apoyar o desestimar una de las dos formas de gobierno en disputa, la Iglesia católica le apostó al vencedor, garantizando así que tras el éxito de la Batalla de Boyacá, América expulsara al rey, pero no a Dios de los territorios de ultramar.
Autora: Viviana Arce