Presentamos apartes de discursos de Salvador Allende en Bogotá, y la relación con la Copa América.
Un evento histórico del todo relacionado con la fiesta deportiva de estos días. El próximo 4 de julio (fecha memorable también por la Independencia de los Estados Unidos) será el partido final de la Copa América. Como ha sido tradicional, este juego será celebrado en el Estadio Nacional de Chile, por donde, 42 años atrás, transitaron miles de personas detenidas durante los días iniciales del régimen militar. Entre el 12 de septiembre y el 9 de noviembre de 1973, el Estadio Nacional fue convertido en un campo de concentración, tortura, ejecución y desaparición de hombres y mujeres.
El surgimiento en 1916 de la Copa América y la Confederación Sudamericana de Fútbol, CONMEBOL, es una de las diversas manifestaciones que ha tenido el ideal de integración latinoamericana. En ese mismo sentido, pero en el ámbito político (y su injerencia socio-cultural), se encuentra que desde finales del siglo XIX y mediados del XX fueron celebradas numerosas Conferencias, denominadas Panamericanas, Interamericanas o Internacionales Americanas. Su propósito fue dar desarrollo a los principios del Panamericanismo. En teoría, estas iniciativas quisieron atender al llamado de Bolívar. Pero sus acciones en varias ocasiones fueron cuestionadas por una perspectiva que vio en ellas el interés expansionista de los Estados Unidos.
Así, la polarización entre el sistema capitalista y las ideologías de base marxista, afectó también el desarrollo del Panamericanismo, desde su conferencia inicial en 1889, hasta la final de 1954. Cabe recordar aquí que, en medio de la conflagración del 9 de Abril de 1948, la IX Conferencia Panamericana de Bogotá fue escenario para la creación de la Organización de Estados Americanos, OEA, organismo decisivo en el desarrollo de la Guerra Fría durante las décadas siguientes.
En medio de la inestabilidad e incertidumbre mundial que trajo dicho conflicto, fue depuesto el Gobierno de Allende. Se inició entonces una oleada de persecuciones y capturas por parte de los militares. Este triste capítulo en la historia del Estadio Nacional se cierra de nuevo con la confluencia del fútbol y la polarización política del momento. La selección de la URSS se negó a jugar en el Estadio un partido contra la selección chilena, dentro de la fase preparatoria para la Copa Mundial que sería celebrada en Alemania el siguiente año, 1974. El gobierno soviético manifestó su oposición, fundamentada en las claras sospechas de ser este estadio un campo de tortura. Entonces, una comisión verificadora la Fifa hizo una visita al lugar. Los detenidos fueron escondidos sin que pudieran salir a las gradas, como fue costumbre en los días que duró el encierro. La comisión estuvo en el Estadio el 24 de octubre de 1973 y encontró que todo estaba en orden, tal como lo comunicó a través de los titulares de prensa: “La vida en Chile es normal”.
El partido estaba programado para el 21 de noviembre de 1973. Entre finales de octubre y la primera semana de ese mes fueron liberados más de 5000 detenidos. 900 permanecieron presos y fueron trasladados a otros centros de detención. Luego de iniciar la jornada con un gol simbólico mediante el cual quedaba derrotada la ausente selección de la URSS, Chile enfrentó al Santos de Brasil, equipo que le anotó un 5 - 0.
El Estadio Nacional de Chile, inaugurado en 1938, fue sede de partidos de la Copa Mundial de 1962 y de varios certámenes futbolísticos para la integración continental. Por otro lado, allí estuvo el Papa Juan Pablo II en 1987. Rod Stewart fue el primero en hacer un concierto allí, en 1989. Entre muchos otros, le siguieron en la historia Cyndi Lauper, Sinéad O’Connor, New Kids on the Block, Guns N’ Roses, Michael Jackson, Madonna, The Rolling Stones, The Police, U2, Soda Stereo, Shakira y Paul McCartney. También Los Prisioneros y el grupo Inti Illimani que, junto a Silvio Rodríguez, simbolizaron el regreso de aquellos sonidos prohibidos, luego de que en 1990 la caída de Pinochet diera paso al regreso de la democracia.
Para la década del 70, y en medio de la Guerra Fría, las voces de integración latinoamericana seguían resonando. Y ese fue el eje discursivo de Salvador Allende en su visita a Colombia como presidente Chileno. El Archivo Señal Memoria conserva algunos apartes de los discursos de Allende en Bogotá, que fueron emitidos en el programa “De viva voz”, realizado por Cecilia Fonseca de Ibáñez. Para mantener el pensamiento de Salvador Allende en la memoria, presentamos algunos apartes de sus discursos dados en plaza pública y en un evento privado ante el presidente colombiano del momento, Misael Pastrana. El chileno presentó sus reflexiones la propuesta ideal del “Hombre latinoamericano”.
1. “En América puede y debe existir el pluralismo ideológico sobre la base irrestricta del respeto a la autodeterminación y a la no intervención en la vida de los países latinoamericanos”.
2. “Las decisiones y actos políticos se manifiestan en infinidad de formas; atendiendo a múltiples y encontrados estímulos, persiguiendo diversos objetivos. Pero, detrás de la compleja trama de la actuación política, hay una causa que es origen y meta de todo el resto. La causa del Hombre. No es posible considerar al Hombre en abstracto, en términos absolutos e intemporales. Pertenece a una época y a un lugar. Inmerso en ciertos condicionamientos estimulados por expectativas, portador de reivindicaciones. El Hombre es siempre ciudadano, con los derechos y deberes que ello implica. Es la razón de ser […] de todo gobierno y de todo mandatario”.
3. “Con insistencia, hemos dicho: el Hombre latinoamericano debe proyectarse en el continente, más allá de las fronteras de su patria. Debemos llegar al estatuto del Hombre latinoamericano, a través de la creación de instituciones y la adopción de normas que vayan encausando nuestras patrias hacia un destino común. En este camino necesitamos escuelas fronterizas en las que se enseñe la historia de nuestros pueblos con altura y visión de futuro; sistemas destinados a compartir las investigaciones científicas y tecnológicas, que permitan comunicarse fraternalmente las conquistas del saber. Y profundizando en esta dirección, una universidad latinoamericana que integre, desarrolle y difunda el pensamiento creador de nuestro continente. La seguridad social que dé a todos prestaciones cuando se enfermen o accidenten en cualquier país nuestro. Y algún día será cierta la ciudadanía latinoamericana sin mengua de cada nacionalidad”.
4. “El Hombre latinoamericano está sometido a la carencia de los recursos más esenciales para vivir dignamente, conforme a las posibilidades de esta época. Se le niega la educación elemental; las condiciones sanitarias indispensables y el hogar dónde agrupar una familia. Le están vedados los niveles mínimos de alimentación, a veces. Y su silencio espiritual, que es expresión de la cultura de que lo privaron. Para nosotros, Señor Presidente, responder con plena coincidencia del momento actual a las necesidades y esperanzas de los pueblos que dirigimos, es la más urgente tarea de que nos hemos hecho responsables en nuestra condición de gobernantes. De nosotros depende, en gran medida, que la mayoría de nuestros compatriotas puedan realizarse plenamente”.