Después de una muestra de música tradicional, Ilsa Matilde Arias, de la comunidad Kankuama, explicó el significado de la manilla multicolor que se entregó a cada presidente, con la imagen de un colibrí, que representa la multiculturalidad de los Pueblos del Abya Yala, como se llama al continente americano por parte de los pueblos Kuna de Colombia y Panamá.
Luis Évelis Andrade, representante del Consejo mayor de la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC), dio inicio a la jornada, con una postura crítica frente a la participación de los Pueblos Indígenas en pasadas Cumbres de las Américas. Según Andrade, la esperanza es que la Cumbre de Cartagena sea una oportunidad para que al fin los países del continente asuman su compromiso de aprobar la Declaración de los Derechos de los pueblos Indígenas de América.
Un hecho que ha cambiado la historia de pasadas Cumbres, es que esta vez se ha hablado de la problemática frente a las drogas, y sobre esto, los Pueblos del Abya Yala defendieron que para la mayoría de sus comunidades, el cultivo de la planta de coca es legal y es por eso que se oponen a que se fumigue o se erradique. Por el contrario, reclaman al gobierno que se diseñen proyectos económicos en torno a la hoja de coca, que puede ser usada en comestibles y medicamentos, y no en el procesamiento de cocaína por parte de grupos ilegales que someten a sus comunidades.
Otros temas que se abordaron fueron la autonomía sobre sus tierras, que incluye que no haya presencia de grupos armados y que no se exploten recursos naturales en sus territorios, así como la implementación de políticas de desarrollo e inclusión social. Todas las propuestas que se trasladarán el viernes a los cancilleres de los 33 países, fueron escuchadas por el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza; por el vicepresidente colombiano Angelino Garzón; y por el ministro del Interior colombiano, Germán Vargas Lleras.
