Las tensiones actuales entre Ucrania y Rusia son el resultado de un proceso histórico que se remonta al surgimiento de la propia cultura de los pueblos eslavos. Es una crisis marcada fuertemente por los procesos políticos que ambos Estados experimentaron a lo largo del siglo XX.
Señal Memoria no es ajeno a los acontecimientos presentes, es decir, a la actual crisis que vive Ucrania. Para analizar una situación que puede llevar a la humanidad a un conflicto de alcance global, es necesario comprender el trasfondo histórico, así como los años recientes, de las relaciones entre Ucrania y Rusia.
Aunque en apariencia los dos Estados siempre han mantenido una relación de hostilidad, lo cierto es que el actual presidente de la Federación Rusa, Vladimir Putin, no se equivoca del todo al afirmar que “rusos y ucranianos son un mismo pueblo”. Si bien esto puede resultar un exabrupto cargado de nacionalismo, destinado a justificar la invasión a un país soberano, tanto rusos como ucranianos reivindican al “Rus de Kiev”, una antigua federación de tribus eslavas que existió entre los siglos IX y XIII en la actual Ucrania, como el origen de su cultura y de su propia historia.
Tras la caída de dicha entidad algunas zonas de Ucrania lograron mantener una relativa autonomía, cuando no una independencia. Sin embargo, a principios del siglo XVIII y ante el temor de la política expansionista de Pedro I, las autoridades decidieron pedir protección al Imperio Sueco. No obstante, la derrota de Carlos XII de Suecia llevó a Rusia a terminar de consolidar su dominio sobre Ucrania.
Ya en el siglo XX y producto de los acontecimientos que se desarrollaron en Rusia entre 1917 y 1921, Ucrania fue una zona de disputa entre los bolcheviques, los sectores nacionalistas ucranianos y las fuerzas contrarrevolucionarias. Por tanto, gracias a la victoria de los primeros, en 1922 Ucrania fue anexada por la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS).
En 1954 el primer secretario del Partido Comunista de la Unión Soviética, Nikita Kruschev, no solo para conmemorar los 300 años del Tratado de Pereyáslav, sino también para estrechar los lazos de amistad, decidió transferir la península de Crimea a Ucrania, que hasta ese momento formaba parte de la República Socialista Federativa Soviética de Rusia.
En este fragmento del programa El mundo al vuelo, Héctor Mora comenta la importancia que tiene Crimea en la cultura e historia de Rusia, en un momento en que Ucrania aún pertenecía a la URSS.
Mora, Héctor (Director). (1991). El Mundo al Vuelo: Rusia con amor. [Serie documental]. Colombia: Colombiana de Televisión. Archivo Señal Memoria, UMT-217324 CLIP 2
En agosto de 1991 y gracias al declive de la Unión Soviética, el parlamento ucraniano aprobó la declaración de independencia de Ucrania. Si bien el Soviet Supremo de la Unión Soviética se opuso a dicha decisión, el 3 de diciembre Boris Yeltsin decidió reconocer su independencia. Pocos días después se firmaría el Tratado de Belavezha, el cual declaró la disolución de la Unión Soviética y el establecimiento de la Comunidad de Estados Independientes.
Aunque a lo largo de los años noventa ambos Estados siguieron fortaleciendo sus lazos (en 1997 firmaron el Tratado de Amistad, Cooperación y Asociación entre la Federación de Rusia y Ucrania), el aumento de la corrupción en la década siguiente, especialmente por parte de los políticos prorrusos, llevó a que Ucrania diera un viraje hacia Europa. Por consiguiente, en 2012 la Unión Europea firmó un ofrecimiento de asociación con Ucrania, exigiendo la aplicación de modificaciones a nivel legislativo para garantizar una mayor transparencia democrática.
Al tiempo que el gobierno ucraniano emprendía las reformas necesarias solicitadas por Bruselas, inició negociaciones con Moscú para formar parte de la Unión aduanera de Bielorrusia, Kazajistán y Rusia. Luego de un año, el rechazo por parte de la Rada a que Yulia Tymoshenko, quien había sido uno de los líderes de la Revolución Naranja en 2004, recibiera tratamiento médico en el extranjero, así como la decisión de Rusia de imponer aranceles a los productos ucranianos en caso de adherirse a la Unión Europea, llevaron a que el gobierno de Ucrania decidiera aplazar la firma del documento.
Esta decisión sacó a la sociedad a las calles, lo que causó una profunda crisis que trajo la renuncia de Víctor Yanukovich, presidente de Ucrania, en febrero de 2014. A continuación, en Crimea se empezaron a producir una serie de manifestaciones en apoyo a Rusia, que desembocaron en una proclamación de independencia y la posterior anexión al gigante euroasiático. Esto, a su vez, ocasionó que las zonas fronterizas de Donestk y Lugansk se proclamaran como repúblicas independientes, iniciando un conflicto que persiste hasta la actualidad. Ahora bien, a diferencia de Crimea, Rusia no llegó a reconocer la independencia de estos territorios; por el contrario, medió en el llamado Protocolo de Minsk, firmado en septiembre de 2014 y que tuvo por objeto acabar los enfrentamientos.
Señal Memoria conserva dos fragmentos del programa radial Señal de la Mañana, en los que se puede escuchar cómo se vieron en su momento, no solo las manifestaciones en contra del gobierno, sino también la crisis de Crimea.
RTVC Sistema de Medios Públicos (Productor), Nieto Molina Andrés (Presentador). (2014). Emisión del 03 de febrero de 2014. [Noticia]. Colombia: RTVC Sistema de Medios Públicos. Archivo Señal Memoria, AD046889
RTVC Sistema de Medios Públicos (Productor), Nieto Molina Andrés (Presentador). (2014). Emisión del 28 de febrero de 2014. [Noticia]. Colombia: RTVC Sistema de Medios Públicos. Archivo Señal Memoria, AD046908 lll
El interés de Ucrania en formar parte de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) llevó a que, desde mediados de 2021, Rusia empezara a desplegar unidades en su zona fronteriza, aduciendo que su seguridad, así como la de la población ruso hablante de Ucrania, estaba en peligro. Por tanto, esta escalada se ha convertido en una problemática a nivel global, ya que diversos Estados que comparten fronteras, o están cerca de Rusia, han iniciado un despliegue de sus propios contingentes militares.
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Autor: Germán Sánchez