En una película dirigida en 1968 por el italiano Gillo Pontecorvo, Alejandro Obregón personificó a un oficial del ejército invasor inglés, nación que en la cinta buscaba arrebatarle a los portugueses el monopolio de la producción de azúcar, promoviendo la rebelión de los esclavos en una isla ficticia del Caribe, llamada “Queimada”. (mira: Obregón, 'volante polifuncional' del arte en Colombia)
El actor napolitano Salvo Basile, antiguo asistente de dirección que se quedó para siempre en Cartagena, le aconsejó al director italiano contratar a quien, para entonces, ya había ganado dos veces el premio del Salón Nacional de Artistas Colombianos y era una celebridad en “la heroica”.
En el rol de un personaje secundario, Obregón cabalga junto a Marlon Brando hacia el final de la historia, luciendo un uniforme traído de Londres en escenas que fueron rodadas cerca de Cartagena de Indias, ciudad que albergó al equipo de producción durante 7 meses, antes de que se decidiera concluir la filmación en Marruecos.
La de actor fue una de las múltiples facetas de uno de los hombres que abrieron paso a la modernidad en el arte colombiano y su participación en la película de Pontecorvo se mencionó en un programa especial realizado en 1986 por la televisión pública colombiana dedicado a Alejandro Obregón.
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