Con la intención de convertir a Bogotá en el mayor centro de negocios del país y posicionar a la capital como “la vitrina de América”, se inauguró la primera Feria Internacional de Industria, el 29 de octubre de 1954. El presidente de la república, Gustavo Rojas Pinilla, y su gabinete ministerial concentraron todos sus esfuerzos para que en unos lotes de Ferrocarriles Nacionales se construyera el Centro de Negocios y Exposiciones (hoy Corferias), para llevar a cabo allí este imponente evento, que contó con la participación de 25 países de Europa y América, y con la asistencia de cerca de 100.000 espectadores.
El interés de posicionar a Bogotá como una de las capitales de negocios más importante de Latinoamérica y contribuir al desarrollo industrial de la nación hizo que el 29 de octubre de 1954 se inaugurara la muestra comercial más imponente que se había hecho hasta el momento en América: la Feria Internacional de Industria (FIB). El ambicioso proyecto surgió luego de que miembros del gabinete del presidente Gustavo Rojas Pinilla visitaran algunos certámenes internacionales y se realizara en el Museo Nacional la Exposición Francesa.
Para llevar a cabo el evento, se adecuó un área de 20 mil metros cuadrados en unos lotes del barrio Quinta Paredes pertenecientes a Ferrocarriles Nacionales. Con la ayuda del Ejército Nacional y financiación de la Asociación Colombiana de Medianas y Pequeñas Industrias (ACOPI) y del Banco Popular se construyó el Centro de Negocios y Exposiciones, actual Corferias.
En el archivo de Señal Memoria se conservan tomas fílmicas del levantamiento de los pabellones, que se realizaron con madera importada de Holanda:
Colombia: Corporación de Ferias y Exposiciones, Radio Televisora Nacional de Colombia. Archivo Señal Memoria, VR F35mm-851213
En tiempo récord se construyeron 1.127 estands distribuidos en los distintos pabellones que ocuparon las 25 naciones invitadas, más las distintas industrias nacionales. Para promover la participación de las empresas extranjeras, se permitió la importación de bienes rebajando el llamado Impuesto de Timbre, con el compromiso de que solo fueran exhibidos y no vendidos. Además, se les prohibió presentar productos que se fabricaran en Colombia. Así, se mostraron artículos suntuarios como automóviles, porcelanas, juguetería, joyas, entre otros; mientras que la participación colombiana se concentró en mostrar su relevancia agrícola, la importante cosecha de café y su distintiva cervecería.
La Feria impresionó con su organización logística no solo al presidente de la república, Gustavo Rojas Pinilla, quien abrió los actos de inauguración, sino también al público asistente. De esta manera, se convirtió en un certamen que, según analistas, arquitectos y decoradores, muy poco debía envidiar a los pabellones de Europa y Estados Unidos con respecto a sus estructuras, iluminación y variedad. Así lo registró el periódico El Tiempo, el 29 de octubre de 1954, donde se publicitó su apertura:
Publicidad sobre la inauguración de la Primera Feria Internacional. El Tiempo, 29 de octubre de 1954.
Entre los pabellones más llamativos estuvieron los de Italia y Alemania, que deslumbraron con sus carros y maquinaria pesada:
Gran Colombia Films (realizador). (1955). La Primera Exposición Internacional. [Documental].
La Feria contó con tanto interés mediático que también se realizaron tomas fílmicas con película monopack, tecnología desarrollada por Eastman Kodak en 1952, que trajo al mundo el Eastman Color, una película de color tricapa de 35 mm que tenía una máscara de color para el revelado y que podía utilizarse en una cámara normal.
Así mismo, el noticiero norteamericano Paramount News realizó un reportaje en español, transmitido por el Instituto Nacional de Radio y Televisión, donde mostró la magnitud del evento y algunos de los objetos suntuarios presentados por los distintos países invitados.
Franco, Carlos (Director). (1991). TeleAyer: [Corferias]. [Serie documental]. Colombia: Inravisión. Archivo Señal Memoria, C1P-241834
Todo este despliegue logístico y organizativo rindió sus frutos y permitió la realización de una siguiente feria en 1955. Sin embargo, al culminar el mandato del general Rojas Pinilla el proyecto quedó truncado por varios años hasta que revivió en la década de los sesenta, cuando la ciudad de Lima también impulsaba su propia Feria Internacional. Colombia, que se había copiado del modelo europeo, ahora contaba con una réplica de su evento en el país vecino. Para no generar una competencia poco beneficiosa para ambas naciones, se tomó la decisión de realizar la FIB cada dos años: los pares en Bogotá y los impares en Lima.
Hoy que Corferias se encuentra convertido en un hospital temporal para atender pacientes de otras enfermedades distintas al Covid-19, no queda más que recordar que su construcción y puesta en marcha surgió para convertir a Bogotá en “la vitrina más vendedora de América”.
Autora: Viviana Arce