Pero hay que aclararlo: “radio cultural” no necesariamente se restringe a presentar obras de “música clásica” con una voz afectada, solemne y algo pausada, que invariablemente pronuncia los nombres de manera extraña. Aunque ciertamente tiene mucho de eso, también se preocupa por divulgar otras manifestaciones artísticas como la poesía o la literatura en general, leídas en voz alta, o en adaptar o concebir y montar obras de teatro que lo digan todo con la voz, la música y los efectos. También cuenta con magazines y programas informativos y de variedades. Es decir, eso que se llama “radio cultural” también puede entretener. Y en esto, las voces de sus locutoras y locutores han sido fundamentales.
Originalmente hubo dos inspiraciones para la locución en nuestra radio cultural: una extranjera, que era la BBC de Londres, sobre todo en su servicio internacional en castellano, y otra la Radiodifusora Nacional de Colombia, como se llamaba entonces lo que hoy en día es Radio Nacional. De hecho, la primera contó con una importante nómina de colombianos, entre ellos René Figueroa, Juan Clímaco Arbeláez y una voz que desde mucho tiempo se ha asociado con la radio cultural en muchas estaciones, que es la del santarrosano Bernardo Hoyos, hoy en día director de la HJUT, la emisora de la Universidad Jorge Tadeo Lozano.
Por su parte, la Radio Nacional, incluso desde su prehistoria cuando era la HJN, fundada en 1929, contó con voces emblemáticas, algunas de ellas que la acompañaron toda una vida. Ese fue el caso del eminente folclorólogo Guillermo Abadía Morales, cuya voz ―poco bella en el sentido convencional, pero sí muy radial― se escuchó con sus programas “Actualidad Folclórica” y “Cursillos de Folclor” durante 64 años. También allí sonaron por mucho tiempo las voces del polifacético Manuel Zapata Olivella con “Identidad colombiana”, del escritor y periodista José María Álvarez D’Orsonville con “Colombia Literaria” (considerado por muchos como el programa que mayor trascendencia ha tenido en la historia de nuestra radio cultural), del arquitecto Jaime Villa Esguerra con sus originales ciclos de música, o de Lorenzo Matos Ordóñez.
...O de los maestros Otto de Greiff y Hernando Caro Mendoza, vinculados con sus varios programas de música clásica durante más de cincuenta años, o de Cecilia Fonseca de Ibáñez, pionera de la locución radial femenina y una de las voces más recordadas en el género. De igual manera, ellos tres hicieron parte del célebre grupo de programadores y locutores de la emisora HJCK, “El mundo en Bogotá”, fundada por Álvaro Castaño Castillo en 1950 y que también contó en su equipo con los grandes dramaturgos y recitadores radiales Bernardo Romero Lozano y Víctor Mallarino y, claro, con la inolvidable voz de Gloria Valencia de Castaño.
Ahora bien, no hay voces específicas a la radio cultural. Algunas, muy conocidas en nuestro medio, se han movido con gran eficacia entre la “radio cultural” y la “radio popular” sin nunca perder seriedad o elegancia, incluso cuando se dirigen a un público juvenil que les oye y les cree. Ese ha sido el caso, por ejemplo, de Gustavo Niño Mendoza, hoy infaliblemente asociado con la lectura diáfana y precisa de noticias, pero que fue una de las voces notables de la desaparecida Musicar FM. O el del “Capi” Hernando Romero Barliza, que se hizo célebre como uno de los conductores del “Zoológico de la mañana” de Radioacktiva y hoy en día es igualmente reconocido como presentador en la HJUT.