Uno de los aportes fundamentales del compositor y bandoneonista argentino, Astor Piazzolla, fue llevar al público el tango no sólo como danza sino como música para ser solo escuchada. El cómo lo llevó a cabo es lo que hace de su aporte algo tan importante para la música universal.
Astor Pantaleón Piazzolla nació en Mar del Plata el 11 de marzo de 1921 pero desde muy joven vivió en Nueva York. Allí tomó sus primeras lecciones de música, principalmente de obras de corte académico, es decir, cero tango. Sin embargo, había contacto con este género musical en su círculo familiar
Un bandoneón y Gardel
Estos dos aspectos fueron definitivos para su inmersión de lleno en el tango. El instrumento se lo regaló su padre, acordeonista de profesión. Aprendió de forma autodidacta. Igualmente en esa misma época, 1934, conoció a Carlos Gardel. Incluso en ese año el joven Piazzolla apareció en la película El día que me quieras, protagonizada por la misma estrella del tango. En ese entonces era tan cercano al cantante que incluso estuvo a punto de acompañarlo en una gira de conciertos en el año 1935, la cual tenía la última parada en Medellín, donde Gardel murió en un accidente de avión.
Fue en los años posteriores que el espíritu innovador de Piazzolla ya destacaba tras su participación como arreglista de la orquesta de Aníbal Troilo, uno de los grandes nombres del tango tradicional. Sin embargo, su vínculo duró poco precisamente por ese espíritu de querer cambiar las cosas. Algo imperdonable, ya que según el mismo Piazzolla “si hay algo que no se puede cambiar en la Argentina, es el tango”.
La reforma de Astor Piazzolla
Su camino continuó como gran reformador. Se decía que sus tangos ya no eran para bailar y exigía mucho estudio de los músicos que trabajaban con él. Sin embargo, su música era cada vez más apreciada en círculos musicales diferentes a los del tango tradicional. Se ganó la antipatía de los puristas. En esta entrevista que reposa en el Archivo Señal Memoria, perteneciente al programa Talento latino de 1998, el mismo Piazzolla habla de la percepción de su música en un público tan dispar como el alemán.
Henao, Ana María (Productora). Vargas, Elizabeth (Directora). (1998). Talento latino. [Serie] [Astor Piazzolla]. Colombia: Inravisión. Archivo Señal Memoria, BTCX60-062446B CLIP 1.
En la década de los 50 consolidó su forma de componer con la introducción de nuevos aportes al tango, en cuanto a instrumentos y sonoridades, gracias a los estudios realizados en París con la compositora Nadia Boulanger. De esta década proviene su autodenominado tango número 1: Adios Nonino. Los años siguientes explotaron otras grandes creaciones como sus canciones Balada para un loco (1969) y Libertango (1975).
Fue solo hasta la década de los 80 que se reconoció en Argentina sus aportes al tango. Más de 2000 piezas musicales compuestas habían hecho del tango una música para oír y no sólo para bailar.
Aportes de Piazzolla a la música del siglo XXI
Sus aportes a la música del siglo XXI no solo en Argentina, sino en Latinoamérica y por qué no, en el mundo fueron definitivos para las generaciones posteriores a los años 80. Jaime Andrés Monsalve, Jefe musical de la Radio Nacional de Colombia explica los aportes de este compositor y bandoneonista en la música del siglo XXI, especialmente en Colombia.
Autor: Javier Hernández