Icono para algunos, símbolo para otros, lo cierto es que la muerte de este personaje es uno de los grandes enigmas de la historia reciente del país, ya que no hay certeza sobre la ubicación de sus restos. La figura más sobresaliente que tenía certeza de ello, el general Álvaro Valencia Tovar, ya murió y se llevó el secreto a la tumba a pesar de haber publicado un libro al respecto.
No existen imágenes de algún sepelio de Camilo Torres. Lo poco que hay son homenajes posteriores. Eso es lo que le da importancia a este archivo audiovisual precisamente. En este caso, las imágenes corresponden al sepelio simbólico, homenaje que se llevó a cabo en la Universidad Nacional y la Iglesia de San Diego el jueves 10 de marzo de 1966.
Fragmento [imágenes de actos públicos en Colombia y el exterior], ca. Marzo 10 de 1966. Señal Memoria UMT-216095
En el video de un minuto con cuarenta segundos se puede apreciar un cartel donde la Federación Universitaria Nacional (FUN), invita a una eucaristía donde se hará el entierro simbólico de Torres en la Ciudad Universitaria. Así mismo, se aprecia un féretro con un largo y concurrido cortejo fúnebre. Posteriormente el cortejo marcha por las calles aledañas a la la Iglesia de San Diego, acompañado de las pancartas de los asistentes.
Fragmento [imágenes de actos públicos en Colombia y el exterior], marzo 10 de 1966. Señal Memoria UMT-216095
La muerte
Camilo Torres cayó abatido el 15 de febrero de 1966, en el primer combate en que participó, tras unirse a las filas del grupo subversivo ELN. El combate se dio en Patio Cemento, corregimiento El Carmen, municipio de San Vicente de Chucurí, Santander. Solo hasta el 17 de febrero se informó oficialmente la noticia mediante un comunicado militar a cargo del entonces coronel Álvaro Valencia Tovar, quien, según dijo, reconoció el cadáver. La ubicación de su cuerpo no fue revelada. Años después el mismo general reveló algunos aspectos del destino de los restos en su libro “El final de Camilo”.
Sepelio y primer aniversario de muerte
Unos improvisados funerales de Camilo Torres se celebraron ese mismo año en la Iglesia de San Diego en Bogotá, pero terminaron en disturbios a la salida del templo. Igualmente, se intentó conmemorar la ocasión un año después de su deceso, evento que correría a cargo de un grupo de sacerdotes amigos de él.
Sin embargo, la iniciativa fue negada por parte del Arzobispo de Bogotá, Luis Concha Córdoba, esgrimiendo motivos como que “esta concelebración no estaba acorde con el espíritu del Concilio Vaticano II; una misa en público desconcertaría a la mayoría de los fieles, quienes verían en esto una aprobación a la conducta de Camilo Torres; y que la única misa que se permite es coram Deo, ni siquiera en presencia de la madre y el hermano”.
La misa finalmente se celebró bajo la condición de que fuera totalmente privada, sin ningún tipo de publicidad y que no fuera motivo de manifestaciones públicas. La razón para esta condición: “¡Camilo murió en pecado mortal y sin dar señales visibles de arrepentimiento!”, según se consigna en el libro “Camilo Torres, mártir de la liberación” de Gustavo Pérez Ramírez.
En mayor o menor medida se sigue conmemorando año a año la muerte de Camilo Torres. Gracias a las imágenes del Archivo Señal Memoria recordamos su historia tras 55 años de su muerte.
Autor: Javier Hernández