Cultura y sociedad | Señal Memoria

Cultura y sociedad

Colección que agrupa los documentos relacionados con temas de interés general, expresiones artísticas, manifestaciones y producciones culturales originadas por los diferentes tipos de poblaciones en el país.

Hubo un tiempo en que la filosofía detrás del disco de música clásica era que el contenido estaba por encima de cualquier representación gráfica. A diferencia de las carátulas de música “popular”, aquellas de repertorio académico, en particular para sellos de enorme reputación como la Columbia, que ostentaba artistas legendarios como el violinista Adolf Busch y su yerno, el pianista Rudolf Serkin, solían mostrar una sola plantilla en la cual, a lo sumo, variaban el color, los intérpretes y las obras. Como esta, hay cientos de carátulas similares en las que se hace necesario leer con cuidado qué se ofrece, pues es muy fácil confundirlas.

Menos popular que la correspondiente producción televisiva, pero indicativo de una época en que aún las productoras privadas nacionales ser hallaban dispuestas a asumir importantes retos creativos, es el disco que contiene la música del compositor colombiano Blas Emilio Atehortúa compuesta para “Los pecados de Inés de Hinojosa” (1988), polémico seriado ambientado en la colonia neogranadina y protagonizado por dos célebres divas de la época.

Andrés Garachana, alias Chinowski, es fundador del Sueño de Tesla, asociación que se ha planteado como objetivo ser parte de una red de colaboradores y activistas sonoros y visuales que trabajen por la memoria sonora y puedan ser parte de distintos proyectos.

Detrás de esta producción, encontramos un testimonio sonoro que el mundo musical colombiano requería. Se trata de un documento, un registro de aquellas tradiciones musicales que la costa atlántica colombiana resume la herencia africana, caribeña, española y criolla y que se han podido apreciar a través de Totó La Momposina.
En Colombia la muerte se ha asimilado e ilustrado de muchas y diversas maneras. Ejemplo de ello son las músicas tradicionales y populares del país. Aquí algunos ejemplos.

 

Mario Humberto Ruz,  mexicano especialista en el día de los muertos, nos cuenta de dónde viene esta tradición que se celebra el 1 de noviembre.  Según la tradición católica ese es el día de todos los santos. En México hay muchos ritos que varían de acuerdo a la región, por ejemplo en Yucatán se celebra todo el mes. A diferencia de la tradición cristiana, la gente no va a los cementerios, decoran sus casas porque los muertos vienen a visitar a sus familiares, incluso en algunas partes les ponen caminos para que recuerden cómo llegar, esos caminos se hacen con flores, velas y comida. La muerte es parte de la cotidianidad del mexicano porque hacen parte de la vida cotidiana, por eso el día de los muertos se regalan calaveras, como una forma de burlarse de la muerte, también llamada calaca o pelona.

Entrevista realizada el 31 octubre de 2012

La película Amadeus dirigida por Miloš Forman, tuvo un insospechado éxito de taquilla en 1984, además de ocho premios Oscar a su nombre. Por primera vez en la historia cinematográfica, no sólo un compositor clásico como Mozart se convertía en super estrella popular, sino igualmente lo hacía otro compositor oscuro y mediocre, Antonio Salieri. La banda sonora tuvo igualmente un éxito apabullante y a ello contribuyeron la acertada interpretación y los ocasionales arreglos de la londinense Academy de Saint-Martin-in-the-Fields bajo la dirección de Sir Neville Marriner, nombres eternamente asociados a la obra del genio de Salzburgo.

Tras la grabación de Molinari, Las cuatro estaciones captaron la atención de diversos intérpretes. Poco a poco, muchos otros registros le fueron a la zaga, primero en Estados Unidos, luego en Alemania, Gran Bretaña y, por supuesto, cientos de veces en Italia. Pero el disco que le dio a estos conciertos la fama que hasta hoy en día tienen, fue este, con la primera de las varias grabaciones que de la obra hizo la orquesta de cámara romana I Musici, en 1955, con el violín solista de Felix Ayo.

Los cuatro conciertos para violín y orquesta que componen Las cuatro estaciones, de Antonio Vivaldi, estuvieron en el olvido hasta bien entrado el siglo XX. Con el ascenso de Benito Mussolini al poder, la consecuente campaña nacionalista buscó recuperar lo que consideraba era la esencia de la música italiana antes de Verdi, de lo cual fueron recobradas cientos de composiciones de Monteverdi, Corelli y del propio Vivaldi. Hoy en día Las cuatro estaciones es la obra de música clásica más popular en el mundo. Pero cuando fue grabada por primera vez en 1942 con la Orquesta de Cámara de Santa Cecilia, dirigida por Bernardino Molinari, aún era una mera curiosidad.