Ficha Técnica
En la década de 1990 se reportaron varios avistamientos de Objetos Voladores No Identificados (OVNI) en Tenjo (Cundinamarca), siendo la Peña de Juaica el lugar donde ocurrieron estos sucesos. Esto le suma a esta montaña más historias a la ya larga tradición de mitos y leyendas que tiene este lugar ubicado a 3.100 metros sobre el nivel del mar.
Es de subrayar que la Peña de Juaica ya era un lugar sagrado para los indígenas muiscas que habitaron la zona desde tiempos prehispánicos; debido a que hacía parte del conjunto de cerros sagrados ubicados en jurisdicción de actuales municipios de Tabio, Cota, Chía, Tocancipá y Gachancipá.
En lengua muisca Juaica significa “territorio de la señora”. Con la hispanización de los indígenas y la llegada de los españoles, el cerro continuó siendo conocido por ser un lugar donde con frecuencia solían verse luces que en tiempos modernos han sido asociadas al fenómeno OVNI y la presencia de seres provenientes del espacio exterior. Esto ha llevado a que la Peña de Juaica sea un lugar muy frecuentado por numerosos visitantes, ufólogos, guaqueros y turistas; al punto que en marzo de 2021 las autoridades locales de Tenjo y Tabio decretaron medidas para la protección y cuidado cultural y ambiental del cerro.
Una de las historias que sobre el fenómeno OVNI ocurrieron en esta región de Cundinamarca es la de Luis Heberto Rodríguez, campesino de 37 años, quien en 1991 aseguró haber sido raptado por OVNIS cuando se dirigía a su lugar de trabajo en zona rural de Tenjo; apareciendo días después e inexplicablemente en Pitalito (Huila), hecho que llamó la atención de las autoridades y los medios de comunicación de la época.
En 1998 el programa Ladrones de historias, serie documental de Inravisión y Señal Colombia, dedicó uno de sus capítulos a indagar sobre estos extraños hechos ocurridos en la Peña de Juaica y sus alrededores, presentando el testimonio de Evangelista Tequia, habitante de la zona rural quién contó a las cámaras cómo fue la primera vez que vio un Objeto Volador No Identificado en la finca donde trabajaba.
Autor: Antonio Ochoa