Ficha Técnica
A propósito del Día del idioma, el libro y las bibliotecas, Señal Memoria conmemora esta efeméride a través de un fragmento audiovisual sobre el Diccionario de construcción y régimen de la lengua castellana, primero en su clase y considerado una joya para la lengua española que tuvo 122 años de trayectoria creativa.
Este diccionario surge por iniciativa de Rufino José Cuervo Urrisari, quien dedica su última etapa de vida al desarrollo de los dos primeros tomos publicados en 1953 que sirvieron como base para la consolidación de esta obra magna. A pesar de que el diccionario pasó por diferentes expertos, se mantuvo la voluntad de su autor original de querer plasmar a manera de biografìa la sintaxis, semántica, uso de las palabras y ejemplificaciones de autoridades a través de obras clásicas a partir del siglo XII. Finalmente, fue publicado en ocho volúmenes hacia 1994, impreso en la Imprenta Patriótica (Sede Yerbabuena) y bajo el sello editorial del Instituto Caro y Cuervo.
En el documento audiovisual, se observa un episodio de Vida del idioma un programa producido por la Academia Colombiana de la Lengua e Inravisión, en el que autoridades consagradas de la lingüística se reúnen para mostrar el uso correcto del español en representación de las instituciones abanderadas de la lengua.
En este episodio se encuentran el periodista Arturo Abella, el diplomático Marino Jaramillo y el especialista Horacio Bejarano, quienes se refieren a la concepción del diccionario, resaltando la ardua labor de Cuervo en la selección de palabras y autoridades de los dos primeros tomos, así como la importancia de una obra de esta envergadura para la literatura castellana (en sus palabras).
El Diccionario de construcción y régimen representa un monumento lingüístico y lexicográfico de la lengua española. Su valor radica en la configuración de la impronta social y cultural de varias generaciones de escritores y nos deja un lenguaje común, uno que evoluciona y se transforma constantemente, pero que nos identifica como hispanohablantes.
Por: Alexandra Castro Suárez