El 21 de marzo de 1966, a partir de la masacre de Sharpeville contra el Apartheid en Sudáfrica en 1960, la ONU creó el Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial. Sobre este tema reflexionaron la senadora Piedad Córdoba, el líder cimarrón Juan de Dios Mosquera y el líder de comunidades negras Leonel Gómez, para señalar la fractura en la nacionalidad colombiana y la deuda histórica que surgen a partir de esta discriminación. En 2021, treinta años después de la Constitución del 91, la lucha contra la discriminación racial en Colombia continúa.
El 21 de marzo de 1960, 7.000 personas negras marcharon hacia la estación de policía de Sharpeville —en la provincia de Transvaal, al sur de Sudáfrica—mientras cantaban y exclamaban consignas de libertad. Era una protesta convocada por el PAC (Congreso Pan Africano) contra el Apartheid y, en particular, la ley de pases. Como parte del régimen de segregación racial sudafricano, las personas negras debían llevar consigo un pase que indicaba en cuáles zonas de la ciudad podían entrar y estar, y en cuáles no. La policía podía detener a un ciudadano y exigir su pase, y arrestarlo si no lo tenía o si no tenía permiso para estar ahí. Por eso, ese 21 de marzo la multitud marchó, y avanzó hasta que la policía cortó su paso y abrió fuego. Murieron 69 personas; 180 quedaron heridas.
Seis años después, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) proclamó el 21 de marzo como el Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial. Al hacerlo, urgió a la comunidad internacional a fortalecer los esfuerzos para eliminar todo tipo de discriminación racial. Han pasado cincuenta y cinco años desde entonces, y el Apartheid ya no existe hace casi treinta. En el mundo, la ley suele reconocer como iguales a todas las personas más allá de su comunidad étnica o creencia religiosa. Pero la discriminación racial no se ha acabado. Por eso, este día no ha perdido vigencia sino que redobla su importancia con cada año que pasa.
Como explicó en 2002 Juan de Dios Mosquera, líder del movimiento cimarrón, en el programa Tiempos de diversidad, “el racismo es una herencia que nos dejaron los españoles que nos hace creer que el mundo blanco es superior y dominante sobre los mundos afro e indígena, que son considerados inferiores y dominados”. En Colombia, la Constitución de 1991 dio un paso hacia la eliminación del racismo al reconocer la diversidad étnica y cultural como un pilar del país. Abrir espacio para que en el territorio nacional cupieran distintas formas de ver el mundo y de ser colombiano, con sus distintas prácticas culturales, fue un avance importante. Así también lo fueron las posibilidades de participación política y de propiedad colectiva que llegaron con la Constitución y leyes posteriores.
Sin embargo, como explicó Mosquera, la discriminación racial va más allá del racismo: “Es el maltrato, los hechos y las conductas de maltrato y exclusión, de invisibilización que la comunidad mestiza o blanca dominante le da a las comunidades afro e indígena. Es una realidad histórica, heredada de la colonia esclavista”.
Ramírez Moreno, Fernando (Director). (2002). Tiempos de diversidad [Serie documental]. [Comunidad afrol]. Colombia: Ministerio de Cultura. Archivo Señal Memoria, BTCX30-009154.
En 1999, la entonces senadora por el Partido Liberal Piedad Córdoba reflexionó sobre la discriminación racial en Colombia en el programa Zona neutral. Primero, apuntó hacia el lenguaje; luego, hacia la falta de información respecto a las luchas contra la discriminación racial en el mundo. Sobre todo, se fijó en cómo este problema creaba una fractura en la nacionalidad colombiana. Por eso, planteó, “existe una imposibilidad de construir nación, de hacer una sociedad articulada con todos los que la conformamos. Es importante y rico para la nacionalidad que desde las distintas posturas culturales, desde las diferentes miradas sociales, podamos enriquecer y construir lo que es esta paz de Colombia”. A pesar del avance que representaba la Constitución del 91, explicó, que faltaba mucho trabajo para acabar con la discriminación racial.
Fuquen, Pedro (Director). (1999). Zona neutral [Magazín]. [Discriminación racial]. Colombia: Señal Colombia. Archivo Señal Memoria, BTCX30-014221.
Así también lo dijo, en el mismo programa de Zona neutral, el líder de las comunidades negras Leonel Gómez. Luego de insistir en que el avance constitucional se quedaba en el papel y no se materializaba, habló de la situación como una de violación de derechos humanos, porque la discriminación evitaba que llegaran salud, cultura e infraestructura a los territorios negros. Finalmente, adoptó una perspectiva histórica y planteó una deuda que se profundiza con cada día que pasa: “El negro ayudó a la liberación de este país. El ejército de Bolívar, en sus dos terceras partes, estaba conformado por negros. Los blancos se escondieron, recordemos bien. Sin embargo, el país no agradece eso. Chocó sostuvo la economía de Colombia por 400 años. (...) Y nunca el gobierno ha revertido al Chocó ese poder económico”.
Fuquen, Pedro (Director). (1999). Zona neutral [Magazín]. [Discriminación racial]. Colombia: Señal Colombia. Archivo Señal Memoria, BTCX30-014221.
Treinta años después de la Constitución del 91, la discriminación racial sigue aquejando a Colombia y al mundo. Por ejemplo, según lo reportó Caracol Radio a partir de datos del censo del DANE de 2018, en el país hay 4.6 millones de personas negras. El 48% de estos hogares vive en la pobreza, el 59% no tiene acceso a educación significativa: sólo el 19.2% acaba la secundaria. Y, según la Unidad de Víctimas, de los casi cinco millones de afrocolombianos, el 22% es víctima del conflicto armado.
A propósito del Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial de 2021, la ONU ha llamado a la juventud y a todos los humanos a fomentar una cultura mundial de tolerancia, igualdad y antidiscriminación, así como a levantarse contra los prejuicios raciales y las actitudes intolerantes. En 2020, las marchas de Black Lives Matter en Estados Unidos —con eco en todo el mundo— mostraron un claro rechazo contra el odio y la discriminación, y reivindicaron un mensaje obvio pero urgente: que las vidas negras importan. Por otro lado, el miedo y la violencia contra la población asiática en el contexto de la pandemia del Covid-19 solo acrecentaron la necesidad de un día como este, para detenerse y reflexionar sobre cuáles deben ser las siguientes acciones y medidas en esta misión global y colectiva.
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En Colombia, el paro de Buenaventura de 2017 y el bloqueo de las carreteras de la misma ciudad en 2021 llaman a un cambio urgente para millones de colombianos que viven en condiciones inaceptables, que son discriminados racialmente. Como dijo el líder Leonard Rentería en Blu Radio, a propósito del bloqueo, “¿Quién piensa en los negros y las negras, en los indígenas y mestizos que están acá trabajando para que ustedes tengan todo en la comodidad de sus hogares?”. Treinta años después, la Constitución no basta en este aspecto y la deuda histórica se profundiza.
Cuando los ciudadanos sudafricanos marcharon en Sharpeville hace sesenta y un años, lo hicieron como un esfuerzo de paz. Y a pesar de los asesinatos de ese día, el esfuerzo no murió y persistió hasta deshacer el Apartheid. Ese mismo esfuerzo sigue vigente hoy en Colombia. Mientras buscamos construir una nación que supere la fractura de la que hablaba Córdoba, vuelven con urgencia las palabras de Mosquera: “La discriminación racial es un problema estructural de la nación que debemos eliminar para la paz”.
Autor: Santiago Cembrano